Ya sabemos que los hijos de los villanos mas temibles de todos los tiempo son enviado a auradon como una especie de redención, por las atrocidades que sus padres hicieron en el pasado, por la cual fueron desterrado en una isla encerrados en un domo...
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Ben y Audrey se tropiezan accidentalmente con robín y mal que venían del bosque.
- Acaso no saben por donde caminan,- dice mal evidentemente molesta.
- Mil perdones,- dice ben apenado y con la voz agitada,- es que no vienen persiguiendo unas abejas con intenciones de picarnos.
Mal trata de evitar de contener una risa burlona mientras ve de arriba a abajo, la apariencia desastrosas de la engreída princesa, ya que se ve graciosa con el pelos alborotado, con unas cuantas picaduras en sus brazos.
- Te refieres.....¿a la que viene por allá?,- dice robín señalado a la nube de abeja que se avecinan.
- ¡SI!,-exclaman ben y Audrey a la vez.
- Creo que debemos correr,- siguiere Audrey.
Mal suelta una sonrisa con gran ironía.
- Caramba Audrey, para ser hija de la dormilona de Aurora y del narcisista de Felipe, eres bástate cobarde, no entiendo como tu padre se pudo enfrentar a mi madre,- dice ella.
Audrey estaba apunto de refutar algo, pero simplemente no pudo decir nada, robín y ben se quedaron sorprendido ya que alguien había dejado sin habla Audrey.
- Dejen que yo me encargue,- continua diciendo mal, mientras se posicionaba al frente de ellos.
Robín quiso impedir que ella lo hiciera, pero algo le decía que no debería interferir, ya que probablemente, mal lo convierta en sapo.
Las abejas se aproximan con un claro zumbido. Lo único que hizo ella fue levantar su brazo izquierdo, Su mano se torno un poco verde lo que hizo un campo de fuerza al frente de ello.
El enjambre se dividió en tres justo antes de impactarse con el campo de fuerza, uno se fue al lado izquierdo, segundo al lado derecho, mientras que el tercero se detuvo al frente del campo de fuerza, los zumbidos se escuchaba por ambos lados.
- ¡Maldición!, son mas lista de lo que pensé.
Mal tuvo que extender sus bazos haciendo que el campo de fuerza los rodeara, las abejas los rodearon.
- ¿Ahora que hacemos?,- preguntan exasperada Audrey.
- Esperar a que se vayan,- responde robín.
- ¿Qué?,- dice ella.
- Lo que escuchaste.- dice robín sacudiéndose las manos y sentándose en el suelo,-mientras esperamos a que estos incestos se canse de nosotros, pondrían decirme, ¿a quien de ustedes dos se le ocurrió la brillante idea de molestarlas?
Pero esa pregunta fue dirigida para Audrey de forma indirectamente, pero captada por todos los presentes incluyéndola.
- Esta vez no tuve nada que ver,- dijo Audrey tratando de defenderse.
