Bienvenido a Lucky House, estás invitado a entrar por un poco de chocolate caliente y galletas, puedes quedarte el tiempo que quieras, mientras no dejes de reir.
||Colección de relatos alegres y esponjosos.
Una historia diferent...
➝ Resumen: SeHun sonríe, seguro de que sus ojos se han convertido en dos medias lunas, justo como él lo detesta. Luce feo y como un tonto pero... está bien. Hoy es un día especial.
Que la cámara de JunMyeon haga su magia y capture lo que con palabras no se atreve a decir.
Joder,está tan contento.
PERFECTO.
♡
Sostiene con fuerza la maceta con flores entre sus manos, sintiendo su corazón golpetear en su pecho y un par de gotas de sudor descendiendo por su nuca. Arrepintiéndose de todas las decisiones que esa noche ha tomado, desde sus zapatos hasta su corbata, mencionando también su cabello y el hecho de que quizás ha utilizado demasiado fijador.
Joder, está tan nervioso.
— Siento que tengas que esperarlo— JunMyeon, el hermano mayor de SeHun, se disculpa en su lugar. — Me dijo que no le tomaría más de quince minutos estar listo, pero ya lo conoces, cree que todos tenemos su tiempo y...
— Está bien— JongIn le corta. — De verdad que no tengo problema en esperarlo.
JunMyeon le sonríe con ternura— ¿Nervioso por el baile? — pregunta con genuino interés, notando la manera en la que JongIn golpea su pie suavemente contra el piso de madera.
— En lo absoluto— contesta sonriendo. — Lo que realmente me tiene tan nervioso es que quizás debí de haber escogido las margaritas y no las rosas.
— No seas tonto— escucha una voz lejana, aunque conocida. Se trata de SeHun, por supuesto, quien le mira desde el inicio de las escaleras en el segundo piso de la casa. — Sabes que adoro las rosas
— Tonto yo— bromea.
— Además, las trajiste en una maceta. Para que se mantengan con vida— el menor agrega en tono dulce. — Eres un encanto— le sonríe con amplitud, dando un paso y descendiendo sólo un escalón de las escaleras— ¿Qué tal luzco? — pregunta desde ahí.
— Esa es mi señal de salida— JunMyeon dice bajito, cruzando frente a JongIn y escapando hasta la cocina. Siendo ignorado por ambos menores, cuyos ojos no pueden despegarse del contrario. Y cuyas mentes están demasiado lejos ya de ese lugar.
— Precioso— JongIn dice, sonrojándose un poco. — Luces como un ángel.
— ¿No crees que llevo demasiado delineador? — pregunta descendiendo otro escalón. — No quiero que me molesten por ello.