🍭 Jazz & Baek's Coffee | ChanBaek

558 73 9
                                    

     ➝Lugar: Cocina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     ➝Lugar: Cocina.

    ➝Autora: sr_nalgotas

    ➝Palabras: 2,5K

    ➝ Resumen: Park Chanyeol siempre se levantaba temprano para tratar de beber el capuccino de Byun Baekhyun mientras éste no veía.



JAZZ & BAEK'S COFFEE.


La primera vez que Park Chanyeol había visto a Byun Baekhyun había sido hacía poco más de dos meses y medio.

El chico en cuestión –según lo que decían todos en aquella enorme casa con complejo de orfanato– se la pasaba todo el día trabajando en una pequeña cafetería de la zona o encerrado en su habitación como todo un ermitaño. Ni siquiera se lo había visto por los pasillos ni para ir al baño y, a la hora de comer, tampoco bajaba para sentarse en la mesa como todo el mundo ahí, sino que le llevaban la comida hasta su propio cuarto. Y Chanyeol no supo por qué, pero, más que sentir alguna especie de rechazo ante aquel chico del cual no conocía ni la cara, había sentido una curiosidad inmensa.

¿Cómo sería? ¿Qué tipo de rostro tendría? ¿Era pequeño o alto? ¿Odiaría a todos o sólo se trataba de alguien demasiado tímido?

Muchas preguntas pasaban por su mente cada vez que iba a tomar una ducha y pasaba por delante de la habitación del desconocido. Si bien sólo sabían de su existencia porque se los había dicho la dueña de aquella enorme casa, ninguno se había molestado en acercarse o preguntar más de ello siquiera. Ninguno, excepto él. Ante su curiosidad estúpidamente fuerte y su terquedad, al gigante casi ni le sorprendió que, luego de tantos intentos y de tanto soplarle al oído a la pobre mujer para que le diera lo que quería, terminaran rindiéndose y haciéndole caso.

Había bastado una foto y enterarse de que se levantaba a las seis de la mañana todos los días a desayunar por su cuenta para que despertara del todo su interés.

Aquella noche, y con una enorme sonrisa emocionada pintada en la cara, no había tardado en colocar su alarma y aparecer al día siguiente en el gran comedor a las cinco treinta de la mañana. Y admitió que no había estado para nada presentable: aquel nido en su cabeza y los cabellos saliendo disparados hacia cualquier parte, su ropa desaliñada y gastada, rastros de baba en la comisura de sus labios y legañas en los ojos no había sido exactamente la imagen que había querido mostrarle al pequeño por vez primera.

Así que no salió de su escondite. Prefirió observar de lejos.

Verlo aparecer por la puerta del enorme lugar no había hecho más que agitar su corazón. El chico había resultado ser más pequeño de lo que había pensado (con la foto se había hecho una idea) y la manera en que arrastraba los pies sobre el suelo en su intento de caminar mientras bostezaba del sueño y la forma en la que la ropa parecía colgarle y quedarle inmensa, dejando inevitablemente un hombro al aire, lo había hecho parecer increíblemente frágil a ojos del gigante, que había querido salir del escondite por momentos en su emoción por querer verlo más de cerca o saludarlo.

Lucky House | EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora