Nathaniel

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Él quiere parecer seguro, al menos por medio de sus mensajes. No sabe bien que hará en persona. Supone que sonrojarse y tartamudear como su compañera Marinette frente a Adrien no es buena opción. No con Chloe.

Pronto lo sabrás ;)

Guarda su celular en el bolsillo de su abrigo y sostiene bien la caja.

—Uhm, buenas noches. ¿Se encuentra la señorita Chloe? —le pregunta a la mujer detrás del mostrador.

—¿Usted quién es? —ella le da una mirada de arriba a abajo, dudosa.

—Soy...dígale que soy su compañero de la escuela. Ella me va a dejar pasar.

—No pasa ni a su "amiga". ¿Cree que me molestaré en llamar? Chloe no pierde su tiempo con nadie.

—Tampoco le gustará que se enoje si no me deja pasar. ¿Por qué no le llama y comprobamos quién tiene la razón?

Nath no tiene ni idea de dónde ha sacado esa seguridad. Pero ya está hecho, y la recepcionista ya está llamando de mala gana. Le da miradas recelosas a Nathaniel mientras lo hace. Viene dando igual, mientras la rubia lo reciba...

—Puede pasar.

Él le sonríe y lanza una mirada (meh, que sólo la mira con un ojo) de "yo gané". Entra en el ascensor y presiona el botón de la suite.

No te alteres. No te alteres.

Está frente a la puerta, dudando si tocar o no tocar. Pero si no lo hace sus esfuerzos no habrán valido la pena en nada.

Ya no hay vuelta atrás.

Inhala, contiene el aire y estampa suavemente sus nudillos contra la puerta.

—¿Tú? ¿Qué quieres?

Se ve encantadoramente bella, como siempre. Tiene un bonito vestido amarillo con medias negras y un saquito del mismo color. A pesar del frío que hace afuera, en su habitación el clima es agradable. Ha cambiado su labial color piel por uno rojo cereza, y le queda mucho mejor.

Él suelta el aire y habla.

—¿Puedo pasar?

—¿Esto es una clase de venganza por lo que hice? Porque si es así no tengo que...

—Voy a pasar.

Eso suena como un aviso en vez de una pregunta. Es más alto que ella, la toma de los hombros y pasa.

—¿Cómo te atreves? Voy a llamar a seguridad Nathaniel.

—No voy a hacerte daño.

Masoquista.

Esa palabra le define bien al pelirrojo. Está sintiendo todo su rostro arder.

—¿Ah no? ¿Entonces qué es lo que quieres?

—Vine a darte esto.

Extiende la caja en dirección a ella. Chloe tiene el ceño fruncido. Sí. Está siendo masoquista.

—¿Esto es una broma? No me gustan, para tu información. —dice mientras abre la caja. Baja la cabeza y observa.

El rostro de Chloe se pone de colores y su bonita boca se curva en una "O". Está atónita.

—¿Qué significa esto? —pregunta ella, con la respiración entrecortada.

—Pensé que te gustaría. —Nathaniel lleva una de sus manos al cuello.

—¿Por qué? —susurra. Chloe no susurra. Su voz siempre suena fuerte, dura y desdeñosa.

—No creo que debas pasar esta noche sola.

Ella se sobresalta al escuchar eso de su parte.

—Yo no estoy sola.

—Conmigo no tienes que fingir, Chloe.

Ella tiembla. Ya está. Le ha confesado "indirectamente" lo que ha hecho en estos días, o algo así.

—Vete. —le grita.

—Chlo...

—Te lo estoy pidiendo bien Nathaniel. No me hagas llamar a seguridad. —ella ha recuperado el tono que siempre emplea para dirigirse a todos.

—Yo...

—Mira, ni siquiera tengo que darte explicaciones. Una persona de tu clase no merece mi tiempo. Y suéltame, que mi ropa vale más que tú. —chilla.

Nathaniel recién se ha dado cuenta de que la estaba sosteniendo del brazo. La deja inmediatamente.

—Como quieras. —sisea por última vez antes de salir de ahí.

Está enojado. Más que enojado, decepcionado.

Sabía que el tonto retrato de ella no iba a ser suficiente. 

Navidad En París [Sin editar].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora