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-Ya llegué. -Avise cuando cerré la puerta de entrada.

-Isa, cariño, estoy aquí.- escuche la voz de papá proveniente de la cocina.

-Que no me llames Isa.- repetí cuando plante un beso en su mejilla.

Papá era la única persona en todo el planeta que me llamaba así,  en realidad siempre había sido así. 

Y yo lo odiaba, un poco más cada día.

Pero él adoraba llamarme así.

-Bueno, hola Bella.- remarcó el nombre.- ¿Cómo te ha ido?

-Bien, nada nuevo, supongo.- él dejó de cortar verduras para girarse a verme.

Me sonrió como siempre lo hacía.

-Hoy tendremos visitas para la cena, así que ponte algo lindo.

-¿Algún compañero de trabajo? -Pregunte tomando una deliciosa pera del frutero.

-Algo así. - di por terminada la conversación y camine hacía la escalera. 

Observé la puerta por unos segundos. 

Luke todavía no había llegado.

¿dónde estaría?  O mejor dicho,  ¿Con quién?

Sacudi mi cabeza, alejando esos pensamientos de mi mente.

Habían pasado siete días desde que Luke y yo tuvimos esa charla en la cocina dónde él estaba casi desnudo.

Desde ese entonces, trataba una y otra vez de no cruzarme con él en ninguna parte.

Y había funcionado de cierto modo, mientras menos este con él,  mejor sería para mi corazón.

Sentía que poco a poco me iba olvidando de él, no iba a ser fácil,claro, pero me estaba esforzando.

(...)

Salí de bañarme y me dirigí al armario,todavía con la rosa toalla envolviendo mi cuerpo.

Papá dijo que tendríamos visitas, como siempre lo tenemos.

Generalmente venían amigos empresarios o algún socio.

Aunque era raro que yo fuera a cenar con ellos.

-¡Pero papá! Me he bañado ayer, no quiero hacerlo hoy.- se quejó Nelson.

Vaya, ¿a él también? Que raro.

-Nelson, metete a la bañera de una maldita vez.

Rode los ojos riendome en silencio, tomé el vestido rosa que tenía sobre una silla y fui al baño a ponermelo.

Escuche la puerta abriéndose justo cuando salía de ponerme la ropa.

-Papá, ¿Qué necesi...? ¿Qué haces tú aquí?- Mi cara seguramente estaba blanca como un papel cuando vi a Luke dentro de mi habitación.

-Oye, no tienes porque tratarme así.

Él estaba ahí, parado justo frente a mí.

Tenía los zapatos altos en mis manos y no sabía bien como reaccionar.

-¡Vete!- grité.

Luke estaba ahí,  con sus zapatillas de siempre, el mismo pantalón negro pero lo que era diferente en su vestuario era esa camisa azul marina.

¿Acaso él también iba a estar en la cena?

- Necesito un peine para mi cabello.- pidió o más bien exigió. 

Rechazada; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora