Alguien Interesante

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Por fuera se oían las cigarras, valla si el clima era caluroso en esta época del año. Estaba empapado en sudor y eso me había permitido tirarme mi claro cabello hacia atrás. Llevaba los dos primeros botones de la camisa del instituto  desprendidos y el pantalón arremangado por debajo de las rodillas. Deseaba que sonara aquella maldita campana que marcaba el fin de la clase, lo deseaba como un loco bastardo. No cabía duda, al salir seguramente algún miembro del consejo disciplinario iba a llamarme la atención por mis fachas y no era la primera vez que sucedía, no tenía una grandiosa reputación entre los profesores ni los directivos, cosa que no era una novedad, pero el gruñón de Shikamaru seguía recordándomelo todo el tiempo.
"Oye ¿Piensas salir así al receso?"
Ese comentario fue acompañado con una poco sutil mirada que me escaneaba de pies a cabeza y expresaba frustración. Yo sólo me remití a devolverle una mirada de soslayo y a continuación mire mi propio cuerpo, puse mi mejor mueca dubitativa y suspiré.
"Pues ahora que lo dices... si"
Y con mi agotado amigo siguiendome continúe el camino hacia las canchas exteriores. Una vez allí me recosté bajo un gran árbol y cerré los ojos dispuesto a comenzar una agradable charla.
"Shika... ¿Que vas a hacer al acabar el año?¿Continuarás la universidad de Tokio?"
Acomodé los brazos detrás de mi cabeza y me giré un poco para poder observar a mi amigo, quien estaba sentado a mi lado con un libro a medio leer.
"Si, así es"
Y pasó una de las páginas para luego dedicarme una rápida mirada
"¿Tu ya decidiste que harás?"
Volví a cerrar los ojos y crucé mis piernas
"Quiero investigar un poco más el programa de disciplinas físicas de Tokio"
Y eso sanjó nuestra conversación ya que obtuve un sonido como respuesta de su parte. No abrí nuevamente mis ojos, esperaba que faltara bastante todavía para el fin del descanso y mientras eso ocurría me relajé en ese sitio. Quedaban unas pocas semanas para acabar nuestro último año y eso me ponía nervioso, inquieto y un poco solitario. Sabía que el idiota a mi lado iría a Tokio y el programa que más me interesaba seguir estaba en esa universidad y sólo por eso me sentía un tanto reconfortado, no lo vería tan seguido y lo extrañaría pero no era cuestión de vida o muerte, lo cruzaría en los almuerzos y no estaríamos lejos, me encargaría de visitarlo tanto como a Kiba, quien por su parte aún estaba pensando que quería hacer con su futuro ya que las cosas no estaban bien económicamente en su hogar. Por otro lado, más allá de todo cambio, quizá alejarme de aquí sería lo mejor, este lugar me traía varios recuerdos no muy agradables, sucesos dolorosos pero igual importantes para mi, es decir, mi madre, mi padre, toda mi infancia y por otro lado los hechos recientes con... Sasuke.
Cuando pensaba en todo lo ocurrido unos meses atrás mi corazón se estrujaba pero trataba fuertemente de detenerlo, había aprendido a ser fuerte a grandes tropezones. Aquel pelinegro si que me había traído loco en sólo unas semanas, había dado vuelta de forma radical la manera en la que lo veía y aunque todo había acabado antes de empezar y ya ni siquiera intercambiáramos miradas en clase, yo estaba más tranquilo, rejalado y cuando de vez en cuando mi vista se posaba en él mientras se hallaba distraído podía notar que no era el mismo que cuando el año había comenzado, pero tampoco lo notaba débil o tenso como en el poco tiempo que duraron nuestros pequeños encuentros. Eso ya había acabado por el bien de ambos, pero siendo completamente sincero en un principio más bien interiormente sabía que era por el mío. Ya no podía contenerme, no podía luchar con ello, me había enamorado de él y se lo había hecho saber, era malditamente estúpido negarlo a estas alturas y ahora en la distancia lo veía claro. Seguía estándolo de algún modo, pero ahora que lo entendía podía manejarlo y esconderlo con soltura, estaba tratando duro de no pensar en él ni mirarlo a los ojos, pero desearlo era otra cosa completamente diferente, mi mente hacia desastres.
Desde ese día en que de algún modo me confesé torpemente todo quedó limitado, seco y vacío. Me di cuenta que estaba prendido a las acciones de un idiota, valla si yo mismo me buscaba problemas.
Si lo pensaba un poco hasta era irónica la situación. Irónica y un tanto deprimente, ya que lo poco que el me había dejado ver de su interior había sido mucha tristeza, miedo... y tanta soledad. Estaba jodido desde el instante en que me metí de lleno en aquello ojos, siempre pareciendo fríos y distantes pero tristes, simplemente abatidos, como si realmente nada importara a su alrededor.
Por otro lado, luego de aquel episodio en mi apartamento había chocado con él unas cuantas veces más por los pasillos de la institución misma y lo había oído susurrar alguna disculpa en forma baja pero no me miraba y se alejaba rápidamente, como si su vida dependiera de ello, pero pude notar que ya no iba acompañado de los gorilas que en un principio se dedicaban a joderme la paciencia, en realidad no era acompañado por nadie. Ahora lo veía sólo, completamente.
Varias veces en estos meses había pensado acercarme sólo a preguntarle si estaba bien, si lo que le había dicho aquella vez lo había lastimado o simplemente retractarme al recordar aquella cara aterrada que me mostró en el suelo de mi apartamento, sólo podría decirle que aquel beso nunca había existido, pero luego de pensarlo siempre llegaba a la misma conclusión, aquello hubiera sido ir en contra de mi mismo y de mis propios sentimientos ya que sería completamente hipócrita asegurar que no quería nada con él cuando realmente aquel día casi había cometido una locura haciéndolo estremecer.
Cuando deje claro que lo mejor sería pretender que no nos conocíamos y seguir adelante creí que al cabo de algunas semanas me sentiría mejor, pero no fue así. Además creí que al pronunciar esas palabras de cercamiento Sasuke respiraría aliviado nuevamente, lo que no imaginé es que iba a temblar de esa forma con aquella expresión.
¿Si me había sobrepasado al lanzarme sobre el? Quizá, pero de alguna u otra forma no me arrepentía, en aquel momento deseaba mucho ir más lejos, quería volver a probar aquella boca, quería acariciarlo y hacerlo balbucear cosas vergonzosas, yo... quería abrir sus bonitas piernas y eso estaba realmente mal, valla... No había pensado que tanto quería hacércelo, no había pensado cuanto quería verlo llorar debajo de mí, pero esas lágrimas que dejó escapar ese día clarmente no fueron de placer y aún así estaba caliente como el infierno.

Ironía. [SasuNaru/NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora