¿Pretender?

254 13 15
                                    

Bueno como verán la canción que dejé arriba es la que me imaginé con todo este capítulo!
Recuerden que <> son recuerdos.
💜💛💜💛💜




<“¿Sabes qué Sasuke? Creo que me estoy enamorando de ti…”>

Últimamente podía notar como el tiempo avanzaba sin piedad, como los segundos, los minuto y las horas transcurrían rápidamente mientras yo me quedaba atrás, estancado e inmóvil donde quisiera que me encontrara. Desde hacía semanas había ciertas palabras que no podía arrancar de mi cabeza, estaban allí grabadas a fuego y cada vez que me empeñaba en olvidarlas por algún extraño motivo un profundo dolor se instalaba en mi pecho, una presión que no podía contrarrestar ni mucho menos disipar. Aquellas palabras rodaban por mi cabeza a toda hora, a todo momento, una y otra vez, maldición. Realmente ¿Qué estaba pasando conmigo?, necesitaba un respiro de aquella presencia, recordaba claramente que en aquel momento necesitaba que todo aquello terminara radicalmente de una forma u otra, eso pensaba, pero cuando todos aquellos factores finalmente se presentaron, cuando el dueño de mis inquietudes al fin había decidido ponerle un alto a todo lo que estaba sucediendo, de sus labios escaparon algunas escasas palabras que fueron como cuchillas, como unas malditas dagas infestadas de veneno, porque todo lo que pude sentir, ver y oír se tradujo, lejos del alivio que creía que se instalaría en mi pecho, en calidez, un repiqueteo constante de incertidumbre y  un dulce dolor, un dolor completamente insoportable que se extendía como electricidad a través de mi cuerpo. ¿Cómo se atrevía a decir algo así?, ¿Cómo se atrevía maldita sea?, manipulando la situación a su antojo con total egoísmo, sin pensar en lo que podría ocurrir conmigo o sentir al respecto. Lo recordaba perfectamente, es decir, ni aunque lo intentara consecutivamente en un millón de años podría olvidar aquella expresión que me dibujó aquella habitual cara sonriente, que en aquel momento se hallaba con la mueca más abatida y demacrada que alguna vez habría podido contemplar. Lo recordaba, sí, pero quería olvidarlo, lo deseaba con todo el maldito aliento, deseaba que aquel maldito no hubiera dicho nada, que se hubiera mantenido callado por una vez en su maldita vida y así en este momento yo... yo no estaría en esta asquerosa situación en la que debía debatirme qué demonios se me pasaba por la mente cuando divagaba dentro de los hechos sucedidos aquel día.

En mi vida mis decisiones siempre fueron racionalizadas de forma simple, de forma en la cual siempre pude hallar una fácil resolución, si algo no encajaba lo ignoraba o simplemente iba en un camino contrario a aquello, siempre, dentro de la gama de eficacia seleccionaba las cosas en forma de blanco o negro, nunca acepté ni por cerca nada de otra tonalidad, quería ser correcto y eficaz a la hora de seguir lo que mi familia quería y esperaba de mí dadas las circunstancias, pero en este momento ya no sabía a qué demonios considerar simple en ningún aspecto debido a que ya nada lo era, realmente nada volvería a serlo si seguía actuando del modo en que lo estaba haciendo, si seguía pensando fuera de lugar, si me seguía entibiando el cuerpo el mero recuerdo de aquellas palabras sin razón alguna.

Cuando comencé a percatarme de este sentimiento, de lo que en ese momento me aprisionaba el pecho fue cuando realmente me di cuenta del peso que mis acciones habían tenido, del tamaño del problema en el que me había metido al acercarme por demás a aquel arrasador huracán. Había generado una tormenta en mí, había comenzado una cascada de emociones que no podía detener, aunque lo intentara, aunque rezara a menudo por ello a los dioses. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas una vez más junto con el temblor que desataron en mis piernas, pero no podía hacer nada al respecto más que sostener mi rostro entre mis pálidas manos y deslizarme lentamente hacia el suelo frente al santuario familiar. Mi cabello era un desastre y seguramente igual de oscuro que las bolsas debajo de mis ojos, ya que mis noches eran igual de deplorables que mis días en los cuales silenciosamente lo observaba dentro del instituto. Realmente me esforzaba al máximo en no cruzar miradas con él, pero cuando mis pensamientos me envolvían y me desconectaba esporádicamente de la realidad me encontraba a mí mismo buscándolo con la mirada.
Siendo completamente sincero, desde el momento en que esta locura había acabado, él se notaba un poco más silencioso dentro del instituto, sin embargo, había estado muy unido a las personas que siempre lo acompañaban y en ciertas ocasiones en las que parecía no pensar en nada y sus ojos divagaban por el cielo razo, comencé a preguntarme en que estaría pensando. ¿Estaría consiente de las palabras que me había soltado aquel día?, sin importar como lo pensara y cuantas vueltas le diera al asunto me resultaba completamente imposible que aquello no hubiera sido producto de la frustración o en algún punto quizás molestia. ¿Alguien más habría recibido aquellas palabras de su parte? Al instante un nudo se formó en la boca de mi estómago. Entre arbustos y una brisa cálida, una imagen distorsionada de Naruto pasando sus brazos alrededor de una persona sin rostro ni identidad mientras susurros dulces salían de sus labios se plantó en mi cabeza y por alguna razón mis manos comenzaron a picar y mi garganta se secó.

Ironía. [SasuNaru/NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora