Sombras del pasado
Emily ató a la pequeña con fuerza y la volvió a recostar sobre el futon. Yo me dispuse a terminar de preparar el arroz frito con la verdura que estaba cortando previamente.
Levanté mi mano para buscar unos platos y servir el guiso para las chicas, cuando tomé el primero mi mano lo arrojo con fuerza al suelo. "Maldita sea, esta sensación otra vez", pensé. Cuando me agache a recoger los trozos de porcelana mi mano derecha sujeto uno con tal fuerza que el trozo se adentró en mi piel y sangré en seguida.
-¡Zai! ¿Estás bien? –Me dijo Emily cuando entro en la cocina-.
-Sí, es solo que soy muy torpe, ya me conoces –Dije agachando la mirada y sacando el pedazo de porcelana de la palma de mi mano-.
Ella se acercó rápidamente a ayudarme, cuando vio mi mano cubierta de sangre.
-Estas herido, ¿Qué fue lo que paso? –Tomó mi mano para revisarla- La herida es muy profunda –Añadió-.
-Ven -Dijo sentándome en una de las sillas del comedor y saliendo en busca de algo-.
-De verdad, siento mucho preocuparte, pero estoy bien, sabes que sanamos rápido –Le grité mientras ella salía para que no se preocupara-.
-Quizá pueda ser una costumbre de humano normal Zai, –Dijo cuándo regreso con un botiquín de primeros auxilios- pero no puedo dejarte herido sin más.
Tomó mi mano y empezó a limpiar la sangre, yo solo estaba nervioso porque mi mano no sudara al estar cerca de ella. Las gotas de agua caían de su cabello, la toalla que traía sobre él no era suficiente para absorberlas. Hasta eso me parecía perfecto, su cabello mojado, su piel mojada. Su mirada se cruzó con la mía cuando busco una venda del botiquín, yo trate de calmarme y que no notara mi rostro ruborizado.
-Listo –Dijo poniendo mi mano sobre mi rodilla- Ahora debo terminar de sacar mi cabello o tomaré un resfrío. Maldita mocosa, atacarme de la nada después de todo.
Frotó su cabello con la toalla de color rojo y agachó su cabeza, entonces yo puse mis manos sobre las suyas y ella se detuvo.
-Ahora déjame ayudarte yo a ti –Dije secando su cabello con nuestras manos juntas-.
Su calor detenía el temblor de mis manos, el miedo que me asechaba cada vez que anochecía. Cuando su cabello estaba lo suficientemente seco le quite la toalla y la puse sobre la mesa.
-Tienes un cabello hermoso –Le dije y ella sonrió apenada-.
-Creo que deberíamos llevarle la comida a la mocosa, ya debió de haber despertado –Dijo huyendo de mi mirada-.
-Tienes razón, no sabemos cuánto tiempo lleve sin comer –Me levante y serví un plato para la niña-.
Entramos lentamente a la habitación, la pequeña se hallaba luchando contra sus ataduras tratando de llamar a Isonade, quien estaba otro extremo, pero siendo débil aun el control sobre ella. Cuando se dio cuenta de nuestra presencia nos arrojó una mirada furiosa, eso hasta ver el plato de comida sobre mi mano. Su semblante se suavizo como aquel que ve un objeto deseado después de la privación.
Camine lentamente hacia ella, mostrándole la palma de mi mano vacía. Me senté junto a ella y puse el plato sobre sus piernas, entonces le di una cucharada en su boca y mastico velozmente.
-Tranquila, hay más –Dije sonriéndole-.
Emily se quedó de brazos cruzados frente a ella, solo cuidando sus movimientos. Yo seguí dando el alimento en su boca hasta que terminó todo el plato y me siguió mirando con cara de que quería repetir. Yo le sonreí y me levante para dirigirme a la cocina, Emily fue detrás de mí sorprendida. Cuando salimos nos detuvimos un momento, había comenzado a llover otra vez.