3- "Despedida"

116 8 5
                                    

La mañana está helada, no como suelo estar realmente acostumbrado en esta ciudad, pero me molesta, o no lo sé, no tengo ni idea de cómo es que debo sentirme ahora mismo, no creo que deba de prestar real atención al clima cuando me estoy rompiendo por dentro y nadie está recogiendo los pedazos que se desprenden de mi; el cielo está nublado y el viento golpea mi rostro, dejándolo inamovible por tiempos indefinidos. Mis rodillas arden y creo que están sangrando por debajo de la tela, aunque, tampoco puedo afirmarlo con seguridad, me siento ido, nada responde en mi cuerpo como realmente lo quisiera. Mi pecho sigue ardiendo, con fiereza, como si mil demonios danzaran dentro de mí al mismo tiempo, destrozando cada célula y cada maldita membrana que me conforma. Me están rompiendo desde dentro.

Sigue doliendo como desde el primer momento, se siente como si estuviese atrapado en un mismo instante, una y otra vez. Lucho por salir de el, pero mis fuerzas se han agotado. No soy capaz de hacerlo, no tengo la fuerza para seguir este largo camino, ya no puedo hacerlo. Estoy muy cansado de combatir contra lo inevitable.

Sostengo la rosa roja entre mis dedos y le doy un par de vueltas, mirándola lo más cerca que puedo, observando cada uno de sus bellos detalles por un largo tiempo, sosteniéndome de lo único que puedo. Respiro hondo y niego con la cabeza antes de elevar la cabeza hasta su altura. Ellos están aquí, mi madre, mi hermana, recargada encima de su hombro, Niall y su esposa —y le doy gracias a cualquier clase de dios por permitirme tenerlos aquí— y algunas otras personas que mis ojos no son capaces de enfocar ahora mismo, y quizá nunca lo puedan hacer más, como su familia, la familia de mi Kate; su madre me mira con recelo y un odio profundo y a los pocos segundos se vuelve para ocultarse en el pecho de su hijo, Zayn, quién se ha abstenido de decir algo que no crea prudente, está demasiado serio, como lo conocí los últimos meses en los que intentamos congeniar por el simple hecho de que éramos familia, me dedicó un "lo siento" cuando me lo encontré en el pasillo del hospital y se dio la vuelta antes de echarse a llorar, maldiciendo entre dientes y jalándose el cabello con fuerza. La pequeña pataleaba y pedía verla mientras el chico trataba de explicarle con las mejores intenciones. Esa escena la tengo tan marcada dentro de mi cabeza que estoy seguro, me va a perseguir durante mucho tiempo, porque después de todo, tiene algo de mi culpa.

Si tan sólo no la hubiese traído a este mundo, al mío, ella seguiría al lado de su familia, feliz, y viva.

El hombre que dice ser sacerdote me mira lastimosamente, me oprime demasiado y me obligo a bajar la mirada, no soporto que me miren de esa forma, conmigo mismo mirándome en el espejo este mañana, es mucho más que suficiente. Estoy cansado de sentirme solo, estoy cansado de sentirme de esta manera.

El cajón en el que está mi Kate está enfrente mío, al ras del suelo, abierto. Frío, al igual que su piel cuando la he tocado en el camino, vuelvo a acercarme y deposito un beso encima de su frente pálida, una y otra vez. Mis manos tiemblan de una manera descontrolada cuando me aparto, no tengo la menor idea de qué es lo que debo hacer o cómo debo actuar ahora. Nunca me plantee el hecho de vivir la muerte de tan cerca. No sé cómo hacerlo, he perdido el toque.

Escucho un vago susurro y un calor ligero al lado mío, sin embargo, no tengo la fuerza suficiente para girarme a ver de qué se trata; la lluvia ha comenzado a caer encima de mi cabeza. Las gotas cristalinas se deslizan a través de toda mi cara y se pierden en la textura de mi ropa, empapándola por completo; me digo a mi mismo que esto no es nada a comparación de todas las gotas que he derramado yo en este día. Puedo apostar a que yo he ganado, por muchas más de diferencia.

—Harry... tienes que dejarlo estar, ella va a estar bien, ella luchó siempre, ella no se va, estará siempre... contigo— dice entonces con la voz estrangulada mi hermana, sacude con suavidad mi hombro y me siento estremecer de los pies a la cabeza, aún estando en mi posición, aunque me duela la espalda como si estuviese cargando una piedra enorme. Seguramente, muchas de las personas que se encuentran aquí "dándome" su apoyo incondicional, me han juzgado con el dedo antes de saberlo todo, esta piedra que cargo ahora es la culpa que tengo por encima, son todas las ideas que han estado vagando entre las mentes de todos a pesar de verme así; tengo unas ganas de decirle a Gen que no, que quiero quedarme aquí el resto de lo que sea que me quede de vida, quiero estar a su lado siempre, como se lo prometí el día que unimos nuestras vidas, como se lo prometí el día en que nos casamos. Como siempre lo quise.

|Dangerously| |Harry Styles/Secuela/ KU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora