|Dangerously| |Harry Styles/Secuela/ KU|

9- "Punto de retorno"

—Tienen mucha suerte de que Liam no haya estado en su oficina cuando me llamaron— dice Zayn, pasándose una mano por el cabello despeinado—. Bueno, la está dejando, para mí, él se muda.

—¿Porqué? —pregunta Ter, quien está sentado a un lado mío, tomándose del borde la mesa de madera como si su vida dependiese de ello.

—Porque tengo varios artículos que les van a servir, bueno, teóricamente —deja escapar una risilla carente de gracia. De hecho, de todas las veces que le he visto desde la muerte de Katerine, pocas ha sonreído genuinamente, le ha dado un golpe duro, puede decirse, pero no tanto como a mí, lo apuesto totalmente—. Les he tomado fotografías, no me permiten sacar papeles de la oficina a menos de que sea investigación.

—¿De qué se trata? —frunzo el ceño, aún más confundido que antes.

—¿Recuerdan a Richard Russent? —trago duro, el escuchar ese apellido me revuelve el estómago, me dan náuseas y mis manos comienzan a temblar. Aún hay días en los que sigo soñando en el rostro ensangrentado de Hayley West en el suelo, he tratado de superarlo, pero este último año no me ha servido de mucho. Terence ha palidecido tres tonos.

—¿Porqué? ¿Qué hay con él? —estoy comenzando a perder la paciencia, y eso es muy malo, conociéndome.

—Miren esto...— acerca su móvil hacia nuestra dirección y ambos le dirigimos la mirada a la pantalla encendida, con las letras pequeñas, pero a la vez bastante claras. Mis ojos se abren de par en par y mi respiración se atora en la base de mi garganta, no puedo creer lo que estoy leyendo. Siento que la silla en la que estoy ahora tiembla debajo de mi peso y no le falta nada para que me caiga junto con ella.

—No... no puede ser—me paso las manos ahora yo por el pelo, estirándolo con los dedos, completamente desesperado por el hecho de, demonios, todo se está yendo a la mierda en tan solo un día. Toda mi torre, ese edificio que he construido con la base de tiempo se está derrumbando desde la raíz. Es como si lucha continua no sirviera de absolutamente nada, lo peor es que hasta ahora, tres meses después, me estoy dando cuenta de ello.

—Está vivo... y libre—mi amigo traga y se deja caer de nuevo en su asiento, completamente irritado y con la voz cortada, como si se estuviese asfixiando. Trato de respirar hondo, pero mi mente está ocupando toda su capacidad para dar conjeturas a los hechos que han estado acosándome, parece que todo está tomando sentido ahora. Y no puedo creerlo.

—El incendio en el que se escapó tu padre no fue tan pequeño como esperábamos, al parecer la policía no contabilizó bien, no sé qué pasó, pero su celda está intacta, por dentro, no sabemos cómo ha salido— nos mira casi avergonzado, le doy un asentimiento para que prosiga, no es su culpa que ese maldito hombre sea tan asquerosamente poderoso como para manejar la cárcel desde su jodida celda. No es su culpa, algún día debían de caer, aunque no esperaba que tan pronto, solo han pasado dos años desde que lo atraparon.

—¿Desde hace cuánto calculan? —pregunto.

—Si no fallamos esta vez, desde que tu padre escapó— trago duro de nueva cuenta—. Los guardias iban y venían diciendo que todo estaba en orden, no sé porqué hasta el rector lo fue a ver. El hombre siempre estaba dando problemas y últimamente ya no —niego, resoplando—. El rector se fue, nadie sabe en dónde está desde que se abrió la investigación. Huyó.

—¿Y porqué esto no ha salido en la prensa? —pregunta Terence—. Es algo épico, no entiendo porqué lo han ocultado, algo tan importante. Si tan sólo lo hubieran hecho, nos hubiésemos dado cuenta antes y no estaríamos en este problema ahora.

Zayn lo aprehende con la mirada.

—Cállate Terence— le gruño—. ¿Entonces qué hacemos? Tenemos que buscar una solución, no puedes dejar que ese hombre siga suelto por las calles haciéndole daño a las personas inocentes— me quejo. Sé perfectamente de lo que se trata todo esto, sé quién es él; cuando yo era novio de Hayley —los pocos minutos que lo veía—, era demasiado cruel con sus empleados, jamás olvidaré al que le calibró mal el arma, le obligó a dispararse a sí mismo enfrente suyo, y de nosotros, por supuesto.