Capítulo Sexto

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A ojos de Viana, llegaron a su destino con asombrosa rapidez. Sin embargo, a parecer de Louis el viaje había presentado como una eterna persecución cuyo contrincante, se presentaba siendo el mismísimo tiempo.

-Bueno, se hizo corto ¿Verdad?- Dijo Viana entre bostezos.

-Para ti. Tu has dormido durante todo el trayecto, yo he tenido que conducir por una peligrosa carretera con urgente necesidad de asfaltar. – Le riñó Louis.

El chico, estaba realmente cansado. Llevaba demasiado tiempo sin dormir, su cansancio aumentaba a cada minuto que pasaba. Conducir por aquella desastrosa carretera no había dado tregua a sus sentidos, que durante  las cinco horas de camino, habían estado en continua alerta.

-Gracias Harry, ¡Una casa! – Aliviado, Louis descubría que la puerta de aquella vivienda, enorme y aislada, estaba abierta.

-Es asombroso. Aislada y acogedora. –Viana observaba el interior de la casa totalmente maravillada: lujosa, espaciosa y, a sorpresa de Louis, rebosante de comida en perfectas condiciones.

-Pequeña, yo conducí. A cambio, tú cocinas.- Exclamó el muchacho arrastrando a Viana hacia la cocina.

La risa de Viana abarcó toda la estancia, Louis no pudo reprimir una sonrisa seguida de una gran carcajada.  La cocina estaba totalmente equipada: horno, microondas, frigorífico, vitrocerámica… todo relucía de limpieza y de orden, era prácticamente nuevo.

-Me vas a disculpar, pero voy  a ver la habitación.- Dicho esto, la joven corrió escaleras arriba, a sabiendas de que allí encontraría una habitación. Pero lo que ella no pensaba, era que se fuera a encontrar con una amarga o feliz sorpresa…

                                                                                 ***

-¡Zayn por el amor de Dios disminuye la velocidad!- Alicia, aterrada se aferraba a cualquier parte del coche que pareciera solida y estable. La velocidad del auto alcanzaba los trescientos kilómetros por hora.

-¡Disminuye la velocidad por favor!- Las súplicas de Alicia no eran respondidas, sus gritos eran en vano.

El estado de Zayn era preocupante. Su rostro recordaba al perfil de un lunático o algún personaje poseído por el mismísimo Lucifer. Sus ojos marrones tenían un brillo oscuro, maligno tal vez. Su pelo, marcado con un extraño tono negro, más oscuro que lo habitual. Seguramente, se veía así por la escasez de luz, dado que el coche solo estaba iluminado por la tenue luz que emitía el cuentakilómetros y algunas otras zonas que despedían pequeños brillos. La serenidad y la seguridad que Zayn habitualmente inculcaba a Alicia, en aquellos precisos mementos, comenzó a ser todo lo contrario: intranquilidad y la alteración.  De pronto, uno de los gritos y súplicas de Alicia se vio interrumpido. Zayn detenió el coche, un parón en seco. La fuerte parada provocó que Alicia se golpeara violentamente contra el salpicadero del coche. Inmediatamente, las manos de la chica volaron hacia la zona del golpe, un  claro intento de apaciguar el dolor. Zayn observó como de la pequeña brecha emanaba un pequeño rio de sangre. Enseguida, apretó a Alicia entre sus brazos, colocó su cabeza sobre la de ella y finalmente,  besó su preciosa cabellera rizada negra.

-No creí que te fueras a golpear, cariño. Sabes que soy incapaz de hacerte daño. Te amo. –Cerró sus ojos, atrapando dentro de ellos cualquier lágrima que quisiera salir al exterior.

Aguardó a una respuesta que, tras unos interminables minutos, llegó.

-Zayn… No dudo que tu no creyeras que me golpearía… -Hablaba en susurros, su voz, normalmente cálida y dulce, tomaba un tono…. tenebroso.  

-Entonces… ¿Por qué lloras? – Alicia no era consciente de todas las lágrimas que habían caído de sus preciosos ojos verdes. Esas gotas, habían formado un pequeño rio sobre sus mejillas.

-Me duele… Y tenía mucho miedo, tu… estabas muy raro… - Cerro los ojos, reflexiono sobre lo ocurrido.

-Veamos la herida, princesa. – Con un suave movimiento, Zayn colocó su cabeza enfrente de la de Alicia, quedando sus ojos a la misma altura. – Cariño, no llores. Las princesas no lloran y tú eres una. – Alicia no pudo más que sonreír ante esa frase. La había oído ya tantas veces…

-Te quiero… ¿Qué haría yo sin ti?

-Probablemente llorarías menos y no tendrías una enorme herida en la frente. – Esa frase no beneficio mucho a Zayn, teniendo en cuenta que esta le asestó un puñetazo en el torso de él.

-Au.- fingió el – Señorita si deja de pegarme, le examinare la herida. –Alicia puso los ojos en blanco y dejo que Zayn le diagnosticara la herida.

Tras unos intensos segundos, Zayn depositó un beso sobre los labios de ella y sentenció:

-No es muy grave, tuviste suerte. – Tras esto, rió.

-Gracias Doctor Tomlinson, pero aun sangra… -Dijo limpiándose las pequeñas muestras de sangre que rodeaban la herida.

Sin que Alicia se diera cuenta, el había cogido   una pequeña gasa y algo con lo que curar la herida. Ella, no sabía de dónde lo podría haber sacado. Limpio y curo la herida, esta dejo de sangrar.  Lo hizo con bastante destreza, la mayor que se puede tener llevando a cabo este tipo de tareas dentro de un coche.

-Gracias Zayn… -Murmuró Alicia.

-Ni si te ocurra volver a decirlo. Sólo hice lo que debía. Nada más. –Ella intento replicar, pero no tuvo oportunidad.

-Vale, ahora, cuéntame.

Zayn puso en marcha el coche, con una velocidad más normal .

-Prométeme que estarán junto a mi. Te necesitare. – sus ojos relucieron, cristalinos.

-Sea la situación que sea o cualquier cosa. Cuenta conmigo. – El sonrió y empezó a narrar.

-Sabes que tuve conflictos personales con los Strega… Más con la chica esa… ¿Recuerdas? – Ella asintió, tajante. – Pues han vuelto a aparecer. Ahora tiene que ver con Harry. Al parecer el ha hecho algún tipo de pacto con ellos para que Viana no sufriera…

-Ni lo menciones. –Corto ella.  Zayn asintió y continúo su relato.

-Sabes que ese tipo de pactos son sacrificios… - Una luz de terror se apodero de el rostro de Alicia.

-No por favor… -susurro aterrorizada. Zayn asintió. – Harry por Viana. 

Don't let me goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora