Don't let me go

Capítulo Séptimo

Viana corrió escaleras arriba, cual niña pequeña. Le gustaba saber que tenía un lugar donde refugiarse, donde se podía sentir segura. Todos los males que asediaban su cabeza su vieron disueltos durante unas horas, Viana se sentía feliz. En su cara, se podía ver la intriga de la chica por descubrir lo que encontraría en aquella habitación. Pero toda esa intriga se vio suplantada por un mar de recuerdos que se apodero de la mente de Viana.

“Podía sentir como la sangre corría por sus venas, como la adrenalina afloraba desde algún punto de su cuerpo, pero sin saber su determinada localización. El corazón le latía más fuerte que nunca, la sangre de sus venas empezaba a ser acompañada por la adrenalina. Eran muchas las sensaciones que recorrían el cuerpo de la chica. Un lugar nuevo, gente nueva, sensaciones nuevas.... todo un cambio para ella. Este era el principio de su gran futuro.

Asistiría a un campamento de verano. Más que campamento, era un encuentro entre amigos. Algo muy típico allí, en California. Ese "campamento" llevaba años celebrándose, empezó siendo una acampada entre amigos pero, a lo largo del tiempo, el número de participantes aumentaba. Al cabo de los años se acabo convirtiendo en un evento bastante famoso.

 Viana sentía que vivía en un algodón de azúcar, todo a su alrededor era muy dulce.                    

-Pareces despistada. - Una voz apareció de la nada, Viana pego un pequeño salto, a causa del susto.

-No pretendía asustarte, estoy aquí para ayudar.- Viana no hablaba, aguardaba a que el muchacho acabara de presentarse.

-Soy Harry. “

                                                                              ***

-Si. Duro, pero cierto. –Dijo Zayn

-¿Duro? Me acabas de decir que Harry tiene las horas contadas, que se ha sentenciado la muerte a sí mismo. Eso no es duro,  es peor. – Hasta que no término de pronunciar esas últimas palabras, no fue consciente de que las lágrimas corrían desconsoladamente de sus mejillas.

-Tranquila… - La intento calmar Zayn, pero estaba demasiado alterada.

-¿Qué? ¿Qué me tranquilice? Nos vamos a tener que enfrentar contra la asquerosa esa otra vez. La vamos a tener que plantar cara. No sufrimos mucho una vez en una lucha similar….y ahora otra vez.

-No… cállate. No es similar, ni se parece ni nada. Lo otro es pasado.

-Por favor…  Si, ocurrió y lo superamos. Pero perdimos demasiado,  esta vez no nos debemos conceder tanta libertad, y nada de confianza. Vamos a luchar,  pero ahora con un plan bien tramado. Y Zayn…. –Las lagrimas habían cedido. Había ganado confianza, o eso intentaba mostrar. Sus palabras denotaban rasgos de valentía y coraje. Algo, que en realidad, ella no tenía.

-Lo sé. No va a jugar conmigo. Para ella solo fui una diversión pasajera, cometí muchos errores. Pero como humano, tropezamos y aprendemos,  el golpe nos sirve para ganar confianza. Aprendo de los errores,  te prometo que nunca te volveré a fallar de esa forma. Nunca más.

-Zayn… olvidémoslo. Todo salió bien. Ya está. – “Ya está” esas dos palabras resonaban en la cabeza de Alicia con fuerza, consciente de lo que se avecinaba.

Zayn, por su parte,  sólo era capaz de ver una pequeña parte del futuro. No quería conocer más,  no quería sufrir más.

 -Princesa… sonríe. Porque esa sonrisa es la que da vida a mi mundo, sin ti no tendría nada.

-Sonreír es cosa de la gente feliz… -Murmuró Alicia  desganada.

-Sonreír no quiere decir que seas feliz,  sólo significa que eres un persona fuerte… -Alicia no pudo mas que esbozar una mueca de felicidad,  eso era lo más parecido a una sonrisa que Zayn podría obtener.

Alicia cerró los ojos, se acomodó en el asiento, dispuesta a echarse una larga siesta…

Aún pendiente del volante, Zayn empezó a recordar. Hizo memoria, quería volver a recitar aquellas frases que un día escribió. Esa nota que llevaba siempre en el zapato, para él en un lugar seguro.  Muchos recuerdos se agolparon en su mente, llegaron sentimientos, los que hacía mucho que no sentía. Ella volvía.

                                                                         ***

Niall y Liam apenas mediaban palabra.  Liam se encontraba absorto en la carretera, mientras que Niall se limitaba a mirar hacia delante, en realidad, no veía nada. A ninguno de los dos se los veía con intención de mediar conversación, ninguno de los dos se encontraba bien. Físicamente, se encontraban en su mejor momento, pero mentalmente, exhaustos. Una parte de Liam, sabía que la obra de Harry era una locura, locura que salvaría la vida de Viana. Era de entender que su hermano hubiera actuado así. Estaban muy unidos, Liam le había escuchado hablar maravillas de Viana desde el primer día que la vio… Realmente la quería. Pero esta no podía burlar su futuro. Aunque por otra parte… Harry sólo habría aceptado aquel dispararatado trato si tuviera la certeza de que se cumpliría. Liam paró. Empezó a ceder al sueño, pero conducía. Hasta para el, era peligroso.

-Liam, llevamos muchas horas de camino. Debes estar cansado. Y yo, sin embargo, he dormido y descansado bastante. Déjame conducir a mí, por lo menos durante un par de horas. –Rogó Niall.

Liam no contesto, simplemente se preguntó para si mismo como su hermano lo había notado. Tal vez eran sus ojos, el tono marrón brillante que portaban siempre ahora se había visto oscurecido, tanto por las enormes ojeras como por la pesadez de sus parpados. También estaban sus manos, se movían con lentitud sobre el volante, las costaba articular movimiento. Su pelo, castaño, había abandonado su aspecto normal para mostrar uno más despeinado, la especie de tupé que agraciaba su cara no tenía forma, eran muchos pelos, cada uno salpicaba hacia un lado.  A los lados, más bien rapados, eran en parte normales. Todo ese conjunto de pequeñas cosas, era lo que le delató.

-Liam, por favor…. –Insistió Niall.

-Vale, parare allí.

                                                                       ***

“No tengas miedo, una cabeza llena de temores no tiene espacio para sueños.  Nunca has conocido esto, no sabes nada. Estas confusa,  pero debes saber que así empezó todo, debes saber que te deparará el futuro. No eres una más entre las especiales, puedo leer en tus ojos que romperás las reglas y cambiaras muchas cosas. Pero pase lo que pase, estaré a tu lado. Puede que no físicamente, pero en cualquier lugar encontraras algo mío. Siempre seré quien agarre tu mano por las noches. Por qué te quiero”