Día 50. FINAL

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CAPÍTULO FINAL

Había quedado en verme con Lázaro. El venía desde su ciudad solo para conocerme y era genial. Estaba muy ansiosa por conocerlo.

Decidiríamos algo después de hablar y vernos, si sentíamos la misma conexión pues.. saben lo que vendría después, eso fue lo que acordamos.

-Mamá, éste me queda muy ajustado- Le comenté a mi mamá, la cual estaba escogiendo un vestido para la ocasión. Le había contado sobre lo de Lázaro y estaba muy emocionada, también le conté lo de Jess y simplemente, se quedó sin palabras.

Mamá: Tranquila cielo, encontré el perfecto. Lo había comprado para mí pero.. ahora será un regalo para ti.

-¿Cuál es?

Mamá: Éste- Me señaló un vestido con encaje de color blanco, corto, ajustado y al mismo tiempo era ancho.. ¡perfecto!

-Ese será- Lo tomé y le dediqué una sonrisa en forma de gracias.

(...)

Mamá: Hija, te queda hermoso, con unos tacones dorados te quedaría espectacular.

-Tengo unos- Decía mientras me veía en el espejo- ¿Los busco?- Mi mamá asintió.

Los busqué y me los medí, tenía meses que no los usaba, no eran muy altos y vi que combinaban con el vestido así que yo no había más nada que decir.

-Gracias por tomarte el tiempo mamá- la besé en la mejilla.

Mamá: No es nada- me devolvió el beso.

Sólo faltaba el maquillaje.

(...)

Después de maquillarme con gloss, rubor, un poco de polvo y lápiz me fui de mi casa.

Ya me encontraba en el parque, donde habíamos acordado. Él antes había visitado esta ciudad así que conocía los lugares, no se perdería.

Miraba a los niños jugar y reírse, me encantaría volver a esa etapa, donde nada te preocupa y eres feliz, que es lo más importante.

Estaba sentada en la banca cuando derrepente escuché un sonido, y cuando voltee me encontré con un chico guapísimo, estaba en una silla de ruedas y tenía una rosa en su mano.

-Se que te decepcionarás, pero..-Dijo aquel chico, mirando al suelo.

-¿Lázaro?- Pregunté, el asintió.

Corrí a abrazarlo, era muy lindo en persona. Y la verdad no me importaba su estado, si estaba en silla de ruedas por un accidente o alguna enfermedad no me importaba en lo absoluto, me seguía gustando de igual forma.

-¿Sigues enamorada de mí?

-¿Y por qué no estarlo?

-Mírame- Respondió, triste, indiferente, sabia que era por la forma en la que estaba.

-¿Qué tienes de malo? ¿El hecho de que estés en una silla de ruedas?

-Sí.. yo.. lamento no contártelo y tampoco el como sucedió.. yo.. tenía miedo..- Balbuceaba.

-Te sigo viendo lindo, incluso más de lo que pensé, me gustas mucho más estando en una silla de ruedas y.. admito que no fue lo que esperé, es mejor que eso. No tienes que explicarme nada, no quiero oírlo, sólo hablemos de ti, de mí, conocernos más.

-Sabia que eras diferente, especial- Admitió.

Sonreí.

-Sabia que serías el desconocido que me cambiaría la vida. 


FIN

Desconocido envió un mensaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora