ǁ LEAH ǁ
-Cariño, ¿qué pasa? Llevas semanas así y ya me estás preocupando...
-Ya te dije que no pasa nada, mamá, de verdad...
-Pero se nota que... –El timbre de la puerta sonó provocando que mi madre hiciera una mueca de desagrado por tener que levantarse de mi cama para ir a abrir.
Como bien había dicho la mujer que me había dado la vida, llevaba varias semanas encerrada en casa sin ganas de hacer nada.
La razón...
Creo que ya la conocéis.
Suspiré girándome en la cama hacia la pared para abrazar más fuerte al oso de peluche que tenia entre los brazos.
Estaba muy sola a pesar de que mamá venía a hablar conmigo. Me sentía sola y vacía. No tenía amigos. Mi único amigo de verdad era Blake y hasta él me había dado la espalda al dejar de ir al bosque donde nos encontrábamos. Y Liam...
Él venía a visitarme de vez en cuando, pero la verdad era que ya no me importaba tanto...
-Leah. –La cama a mi lado volvió a hundirse, pero esta vez no fue mi madre quien se sentó en ella. –¿Cómo estás? –Me encogí de hombros sin querer responderle. –Por favor, mírame...
-¿Qué quieres, Liam? –Dije girándome hacia él con mala gana.
-¿Qué tienes, cariño?
-Ya te dije muchas veces que nada. Estás como mi madre, que pesado.
-Oye, tampoco nos insultes...
-¿Te puedes ir y dejarme sola? No tengo ganas de hablar contigo.
-Está bien, se acabó tanta bobería ya, Leah. –Dijo poniéndose serio de repente. –Estoy cansado de esta actitud por tu parte. ¿No quieres contarme que te pasa? Bien. Allá tú, y allá con las consecuencias que te traigan. Háblame cuando se te pase este berrinche de niña pequeña.
-¡Que te den, Liam! –Grité cuando salió de mi cuarto dando un portazo enfadado. –¡No me importan tus palabras ni nada que venga de ti!
-¡Leah! –Se oyó en cuanto la puerta fue abierta nuevamente por mi madre.
-¡Quiero morir! ¿Para qué vivir en este mundo y en este estado?
-¿Pero qué estás diciendo, hija?
-La verdad, mamá. ¡Estoy diciendo la verdad! Estoy más sola que la una. No tengo amigos ni novio ni nada de nada. ¿Para qué vivir?
-Deja de decir boberías, por Dios...
-Me quiero morir... –Volví a murmurar enterrando la cabeza en mi almohada. –¿Por qué nadie me quiere? ¿Tan mala soy como para no tener siquiera un amigo, mamá? Quizás nunca debí nacer. Tú estarías feliz con papá y...
-No vuelvas a decir eso nunca más, Leah. ¿Te quedó claro? ¡No quiero oírte decir eso de nuevo! –Sin poder evitarlo, me lancé a sus brazos para seguir llorando fuertemente.
Sí, mi vida era muy miserable en estos momentos.
ǁ AYDEN ǁ
-Se acabó. Vístete que nos vamos.
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The Wolf of The Moon
Manusia SerigalaUn gruñido resonó de en medio de los árboles y juro que ví un par de ojos negros mirarme con rabia. -¿Pero qué... Mi frase quedó en el aire al ver al tremendo lobo que había aparecido frente a mi. ¡¿Pero qué diablos?! Comencé a gritar y a correr...