No sé cuántos días habían pasado, la verdad es que no me importa, los dolores de cabeza no habían menguado, no tenía hambre, ni sueño, el tiempo se me iba en pensar, y a la vez, no pensaba.
estaba sentado en el balcón, si me lanzo van a pasar dos cosas: si tengo suerte, voy a morir, sino, voy a quedar inservible y va a ser peor, por lo que mejor me calmo, y reflexiono todas y cada una de mis estupideces llevadas a cabo durante éstos últimos 3 años.
me levanté del balcón y busqué mi muleta.
- ahora vuelvo pá.
le dije a mi viejo sin mirarlo.
- ¿debo preocuparme que quieras salir después de tantos días o debo asustarme?
- sin duda, alégrate, vuelvo más tarde.
- ¿quieres que vaya alguien contigo?
- no es necesario, suelo ser un lobo que se cura las heridas solo.
mi padre asintió con tranquilidad, tomé las llaves de mi coche y abordé lanzando la muleta en la parte de atrás, encendí el coche y conduje a hasta mi bar favorito.
me senté en una mesa apartada, todas y cada una de las meseras me conocía, solía venir aquí seguido.
- ¿lo de siempre?
asentí para ella.
- si, Gloria, lo de siempre.
- nos habían dicho que habías muerto.
- no tienen tanta suerte.
- lo mismo pensé, después de esa balacera en el panteón todo fue más raro, es bueno verte.
- lo mismo digo.
bebí casi como de costumbre, digo casi porque ya no tengo 23 años y me hace efecto más rápido, comencé a sentirme melancólico al tercer trago, al quinto quería salir a buscarla, y al séptimo me puse a llorar, toda la gente del bar por fortuna trabajaba para los nuestros, porque si se enteraran los otros que estoy aquí, no podría ni defenderme.
- te ves bien guapo.
era la voz del tipo que jamás pensé escuchar, fruncí los labios y le hice señas al mariachi.
- no sabía que estabas acá.
Chase encogió los hombros.
- ya sabes, así como llego me voy y al revés.
suspiré.
- ¿cuál le tocamos, patrón?
suspiré una vez que vi torpemente la pantalla de mi móvil con la única foto que tenía con Diana.
- la única que me nace cantar cuándo estoy ebrio, la de Pedro Infante ¿cuál más?
no se me daba otra cosa como a los demás, pero a cantar ranchero nadie me gana (tal vez Isaac, pero solo tal vez)
ESTÁS LEYENDO
❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐄𝐥 𝐌𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐨 𝐒𝐮𝐩𝐫𝐞𝐦𝐨 ❖
Fiksi RemajaLas cartas de ambos bandos por fin se encuentran sobre la mesa, es momento de definir al ganador, por ello, ambos bandos preparan a consciencia sus ataques finales, enteramente conscientes de solo uno de ellos puede salir victorioso. ¿Quién consegui...