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El timbre resonó en todo el establecimiento, dando por comenzado el tan esperado recreo para algunos y para otros no (vete a saber por qué). Kuroo ya estaba a mitad de camino y con una sonrisa gatuna pintada en su rostro con ojeras -culpen a las pruebas no a él-.

De lejos observó varias cabezas saliendo por la puerta doble del aula de computación para segundo.

Seguro muchos ya ataron cabos para este momento, pero para aclarar, Kuroo decidió ir al curso de Tsukishima y saludarlo un rato, como el acosador que es.

Procuró no ver una cabellera rubia en ese mar de gente y cuando estuvo junto a la puerta echó un vistazo dentro, allí en una de las mesas seguía sentado Kei juntando los documentos que había sacado.

—¡Tsukki!—llamó Kuroo y se acercó al susodicho, quien soltó un suspiro para nada disimulado que obviamente daba a entender su disconformidad ante la presencia del mayor.

—¿Otra vez tú?—preguntó mirando unos papeles y comprobando vete a saber qué.

—Otra vez yo—se rió por lo bajo al ver el ceño fruncido que se iba formando conforme seguía mirando los papeles—¿Qué son esos? Pareces un poco molesto.

—Papeles y sí, estoy molesto, esto está tan mal escrito que me sangran los ojos—le dijo y luego guardó los papeles en una carpeta—. No entiendo cómo alguien que escribe así puede estar en segundo año.

—Sobornos y trabajos manuales Tsukki, si es que me entiendes—Tetsuro le guiñó un ojo al rubio y este arrugó la nariz ante la imagen del dueño de las hojas haciendo "ese" tipo de trabajo al director.

—Si quieres hacerme vomitar, sigue hablando así.

Luego de eso esquivó a Tetsuro y salió de la sala, segundos después el pelinegro estaba junto a él y juntos caminaron por los pasillos; como destino: la cafetería de la universidad.

—Deberías sonreír más—dijo Kuroo al ver la seriedad con la que él joven comía. Ya habían llegado a la cafetería y nada más entrar pidieron su comida y se sentaron en una mesa cerca de los ventanales.

—¿Quieres que sonría.... mientras como un pedazo de carne?—Kei lo miró con una ceja alzada.

—No ahora en específico, hablo más en general—explicó y mordió la manzana verde.

—Yo sonrio—acotó sin darle mucha importancia y mirando su celular.

—Pero nunca te he visto sonreír...

—Porque estás tú, y los acosadores no me hacen feliz, digo dudo que a alguien sí—musitó con sorna y miró despectivamente a Kuroo.

—¡Ey! ¡Yo no soy un acosador! ¡sólo trato de averiguar cosas de la persona que me gusta!—se defendió, elevando los brazos al aire.

—¿Y quién es? Porque estoy seguro que no conozco a ninguna chica que esté disponible...—Tsukishima pensó en Yachi, pero rogó porque no fuera ella, ya que no le gustaría estar metido en un tipo de triángulo amoroso.

—Me refiero a ti, pensé que ya te habías dado cuenta—murmuró con incredulidad y Kei suspiró, porque sí se había dado cuenta pero no quería que fuera así.

—Pues deberías reconsiderarlo, porque yo no pienso salir con alguien como tú.

—Eso dices ahora, pero cuando llegue el momento me besarás apasionadamente hasta el anochecer—sonrió seductoramente (para él porque para Kei pareció una nutria con cáncer, sin exagerar).

—Claro—y volvió a masticar otro pedazo de carne.

To know us || KuroTsukiWhere stories live. Discover now