Emma quería matar a Regina. En serio. Nunca había deseado pegarle como en aquel momento.
«Ponte recta»
Emma gruñó, enderezando los hombros e intentando no perder el agarre sobre la empuñadura del arma. Los dedos le hormigueaban, el antebrazo lo tenía dormido. Llevaban entrenando desde hace horas.
«Estoy recta»
La espada de madera golpeó implacable en su rodilla, y esta se enderezó con un espasmo involuntario.
«¡Ay!»
Regina apenas la miró
«Ahora estas recta»
Emma no respondió, continuando el ejercicio que Regina le había asignado. No quería darle la satisfacción de verla vencida. Resistiría hasta que tuviera energía en el cuerpo. Pero el cansancio comenzaba a sentirse.
Hace un par de días que ella y Regina habían tomado la costumbre de despertarse temprano-Emma había comenzado a dormir directamente en la cama de la otra-para poder estar un rato juntas antes del desayuno. Fundamentalmente, no hacían otra cosa que besarse. No querían complicaciones, no querían pensar en lo que estaban haciendo. Todo aquello tenía que ser explicado, analizado, comprendido. Pero ninguna de las dos tenía intención de hacerlo; ninguna de las dos tenía intención de perder tiempo con palabras. Sin embargo, todavía no habían pasado a algo más, a no ser roces inciertos, toques ligeros, caricias inseguras. Esa misma mañana, Emma había rozado inadvertidamente el pecho de Regina, y a la mujer se le escapó un gemido más bien alto. Ambas se separaron de repente, rojas y turbadas como dos adolescentes. Ni siquiera habían hablado de aquello. Emma se preguntó si lo harían alguna vez. Pero se lo preguntó durante un segundo de más, y la espada de Regina la golpeó nuevamente entre las costillas.
«¡Regina!» soltó Emma, dejado la posición de guardia y mirándola de manera atroz «Me duele»
Snow levantó la mirada del libro, sin decir una palabra. Charming dejó de jugar con el borde la malla e hizo lo mismo: se aburría, y esperaba cualquier cosa que cambiara la atmosfera. Era un hombre de acción. No como Hook, que parecía divertirse enderezando el timón una vez cada cierto tiempo, no como Rumpel, postrado en el puente tallando animales de madera.
Regina hizo rodar la espada, chasqueando la lengua.
«Deja de comportarte como una niña» le reprende «E intenta concentrarte, así no estaré obligada a corregirte»
Para Emma eso fue el colmo
«¿Una...una niña?» soltó la muchacha «¿Es eso lo que piensas de mí? ¿Que soy una niña?»
Regina desencajó ligeramente los ojos, sorprendida ante aquella reacción imprevista.
«Emma...»
«¡No!» exclamó la rubia, lanzando con violencia la espada al suelo «¡Emma, unos cojones! ¡Lo dejo!»
Lanzó una mirada de furia a Regina, ignoró las miradas estupefactas de sus padres y se dirigió a paso rápido a su camarote, donde se encerró sin decir una palabra. El silencio caló en el puente. Regina se aclaró la voz y dejó su espada antes de dirigirse con calma al camarote compartido.
Hook soltó una risita
«Esa muchacha lo que necesita es un pol...»
La espada de madera le llegó en plena frente; Charming miró a su mujer completamente sorprendido.
Regina cerró la puerta con llave, y se dio la vuelta lentamente para mirar a la otra ocupante de la estancia.
«¿Qué fue eso?» preguntó la mujer señalando con el dedo sus hombros. Regina intentó no dejarse distraer por el cuerpo de la otra. Emma lanzó con furia la camiseta a la cama.
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Jolly Rogers
Fanfiction[Traducción] Emma, Regina, Hook, Rumple y los Charming parte hacia Nerverland en busca de Henry, pero el viaje no será fácil porque deben permanecer juntos en el barco durantes muchos días antes de llegar. En ese tiempo pasarán cosas imprevistas y n...