El gran problema

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Todo empezó una mañana, cuando escuché la voz del Maestro Fu:

-Tikki, es urgente, sal rápido- dijo él Maestro con voz preocupada.

Inmediatamente salí de los pendientes, Llevaba ya varios años sin salir, y debo admitir que uno nunca se acostumbra a estar encerrado dentro de un lugar que es muy pequeño, más de lo que le permite su propio cuerpo.

Empecé a mirar a todas partes, había tantas cosas diferentes desde la última vez que estuve, la consulta del Maestro Fu estaba diferente (seguramente fuera porque ya no estaban a la vista esas horribles alfombras), el propio Maestro estaba diferente, se notaba que había envejecido, ya que estaba más encorvado y su voz se notaba diferente, como más aguda y frágil. Estaba disfrutando de esta bien merecida salida cuando vi los ojos de Fu, parecían agotados y ya no tenían ese brillo que aparecía en ellos siempre que estaba feliz. Al fijarme en ese detalle deje de mirar a mi alrededor y me acerque un poco mas para poder hablar con él.

-Maestro, ¿se encuentra bien?- le pregunté mirándole directamente a los ojos.

-Tenemos un problema- contestó él - ha desaparecido el miraculous de la mariposa.

En ese momento una sensación de desesperación se apoderó de mi. La pregunta que no paraba de resonar en mi cabeza era que cómo es posible, ya que el Maestro era muy cuidadoso con el secreto que nos envuelve a los kwamis. Intenté hacerle la pregunta, pero él viendo mis intenciones respondió:

- Se que es difícil de creer, pero creo que estamos en un grave peligro. Si alguien lo encuentra y lo utiliza con malas intenciones, estaremos perdidos. ¡Mil años de tradición echados a perder por un simple descuido!- esto último lo dijo con claro enfado y un poco desanimado.

- Entonces,¿qué haremos?- pregunté, estaba claro que no nos podíamos quedar de brazos cruzados. Intenté encontrar una solución a aquel dilema, pero no encontré nada,la idea de que nos descubrieran y que pudiera sucederle algo al Maestro Fu me aterrorizaba. El Maestro notó cierta inquietud en mi y me dijo:

-No te preocupes Tikki, tengo una idea, pero para eso necesitare tu ayuda.- dijo con ese brillo en los ojos que me encanta.

- ¿De qué se trata?- pregunté con curiosidad.

- Creo que ha llegado la hora de empezar a buscar a nuevos portadores.- al terminar esas palabras supe que no iba ha ser una tarea fácil.

La vida de una kwamiWhere stories live. Discover now