Un acto heróico

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Al día siguiente volvimos al prestigioso colegio de París, pero esta vez un poco antes para encontrarnos con aquella chica. Cuando hubimos llegado a los escalones de la entrada nos paramos y nos pusimos a mirar por los alrededores para ver si aparecía. Empezaron a llegar varios alumnos, la mayoría venían hablando con sus amigos, charlaban alegremente y se les veía felices, el resto estaba estudiando, seguramente porque tendrían algún examen ese día. Pasado un tiempo, la calle se estaba vaciando, y la joven seguía sin aparecer. Cuando la entrada estaba desierta salí de mi escondrijo y me puse a charlar con el Maestro.

- ¿Y si vamos por el camino donde apareció ayer?, a lo mejor así la encontramos- sugerí.

- No es mala idea- contestó el Maestro. En ese momento bajamos los escalones mientras discutíamos sobre lo que iba a preguntar el guardián de los miraculous a la chica. Llegamos a un cruce y empezamos a cruzar la carretera mientras le decía algunas cosillas al Maestro, pero justo en ese momento apareció un coche,  nosotros al estar tan distraídos en nuestros asuntos no nos dimos cuenta del peligro que estábamos corriendo. Menos mal que en el último segundo una chica con pelo azabache nos salvó la vida. En cuanto entré en razón volví a notar esa extraña sensación, y cuando abrí los ojos vi lo que parecía ser la silueta de la chica de ayer, pero no pude ver con claridad, ya que mi escondite no me permitía una amplia visión, pero estaba segura de que era ella.

- ¿Se encuentra bien?- su voz sonaba muy dulce.

- Sí, muchas gracias- respondió el Maestro incorporándose. Cuando se hubo levantado señaló a una caja con dulces que se encontraba en el suelo - Oh, lo siento mucho.

- No pasa nada, hay suficientes- dijo y le dio uno.

- Muchas gracias- dijo el Maestro agradecido.

- Bueno me voy que llego tarde.- se despidió la joven.

Cuando se hubo ido salí preocupada.

- Maestro, hemos perdido nuestra oportunidad de hablar con ella.- dije casi enfadada

-No hace falta Tikki, ya se lo ha merecido.

- Disculpe, pero no entiendo.

- Con el acto que acaba de realizar se ha merecido el miraculous, solo una persona con un gran corazón realizaría una acción como esta. Ya está decidido, ahora mismo se lo dejo en su casa- respondió totalmente convencido. 

Seguimos caminando hasta llegar a la pastelería de la familia Dupain-Cheng, donde vivía la joven mitad francesa y mitad china. Al llegar a la puerta el Maestro Fu se transformó con ayuda de Wayzz y subimos a la habitación de la chica. 

Mientras el Maestro colocaba los pendientes en la cajita con grabados asiáticos de color rojo, yo me dediqué a inspeccionar la habitación, y descubrí que la chica se llamaba Marinette, es un nombre que le pega bastante ahora que lo pienso. Estaba viendo las hojas que había encima del escritorio cuando el Maestro Fu me llamó.

- Tikki es la hora - dijo señalando a la caja. 

- Maestro- dije yendo hacia donde se encontraba- ¿está seguro de que todo saldrá bien?.

- Completamente seguro- respondió con una dulce sonrisa- No te preocupes Tikki, tú solo acuérdate de explicarle todo lo que tiene que saber acerca de los miraculous y su poder, yo ya me ocupo de encontrar al nuevo Cat Noir. Todo saldrá bien.

- De acuerdo, nos vemos luego.- dije, y me metí dentro de los pendientes .

- Nos veremos pronto Tikki, muy pronto- dijo el Maestro Fu. Cerro la caja y se fue.

La vida de una kwamiWhere stories live. Discover now