Un momento de locura

77 7 1
                                    


-Perdón, no se si he escuchado bien- comenté pidiendo que hubiera sido una alucinación.

- Tikki, has escuchado perfectamente, es hora de buscar nuevos portadores- dijo el Maestro Fu como si fuera coser y cantar.

- Pero Maestro, ¡eso es una locura!- dije creyendo que había perdido el juicio- No sabemos ni por donde empezar, París es una ciudad muy grande, tardaremos días, ¡incluso meses!, para cuando encontremos a alguien será ya demasiado tarde.

-Por eso te necesito- no me imaginaba para que me necesitaba, seguía pensando que era imposible y aun que intentáramos cual quier cosa, no lo conseguiríamos. Pero entonces prosiguió- Tienes que usar tus poderes para encontrar la portadora adecuada.

Ante esa última frase me quedé atónita. Estaba claro que no estaba en su sano juicio.

- Pero Maestro, ¡eso es imposible!- estaba empezando ya a desesperarme.

-Tikki, confía en mi- dijo el Maestro para tranquilizarme. En ese momento le miré, y en sus ojos descubrí una sensación de seguridad que hacia que me sintiera mejor.

- Está bien, ¿qué quiere que haga?- dije sin mucha gana.

El Maestro Fu me comentó que los kwamis teníamos un poder especial para encontrar a la persona correcta que mereciera los miraculous. En ese momento entendí a lo que se refería, me contó que los kwamis y los portadores tenemos una conexión especial que nos mantiene en contacto, por lo que el kwami es capaz de saber donde esta su portador en cualquier momento. Lo único que tenía que hacer era seguir mi instinto. Eso parecía tarea fácil, pero aún no estaba muy convencida de que funcionase, ya que era la primera vez que lo hacia y no sabia exactamente cómo hacerlo.

- ¿Estás preparada?- pregunto el guardián de los miraculous mirándome fijamente.

- Eso espero- dije no muy convencida.

- Muy bien, ¡manos a la obra!. ¿Por dónde empezamos?- cuando acabó de hablar, empecé a pensar. Me estaba poniendo bastante nerviosa, un solo error y estaríamos perdidos, no me lo podía permitir. Respiré profundamente, abrí los ojos y me aseguré de lo que estaba apuntó de decir:

- Al colegio Françoise Dupont.

Inmediatamente el Maestro Fu me escondió y se dirigió hacia allí. Deseaba con todas mis fuerzas que esto acabara pronto.


La vida de una kwamiWhere stories live. Discover now