11. Volver a Casa

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El corazón latía haciéndose notar, era el único ruido que escuchaba aparte  de la sórdida lluvia que creaba un eco metálico molesto al chocar con algunas partes de su uniforme.

Zed, justo de pie en el centro del jardín más grande de su templo, observaba a su igual que estaba bajo la cubierta de uno de los pasillos no muy lejos de él.

-  ¿Te gustó el regalo de bienvenida?  -Inicia burlonamente Kao recibiendo un silencio como respuesta-  A mí me pareció perfecto, ¿sabes? Ellos opusieron resistencia por un rato, fue divertido...  -

La sombra empezó a caminar hacia el lado, llegado a un punto se desplazaba hasta el extremo contrario del pasillo descubierto.

-  En especial esa chica, Tenshi... Je. Recuerdo como me confundió contigo, casi se caga cuando le di fin a su mísera vida.  -

Todo lo relataba como una anécdota divertida, seguía caminando para continuar con su monólogo. Zed percibió que se traía algo entre manos, lástima que su contraria no le permitiría confirmarlo por las buenas.

-  ¡Ya sé!  -Como si un bombillo hubiera iluminado su cabeza, Kao da un gran salto hasta quedar frente a Zed-  Permíteme mostrarte un truco.  -

De momento quedó inmóvil, tiesa, similar a un maniquí. Tardó un rato antes de que la proyección oscura empezara a disolverse sin desaparecer, es decir que Kao tomó la forma de una esfera flotante en estado inestable. La superficie brotaba como olas que recorrían la figura que fue tomando más tamaño.

Zed dio unos pasos hacia atrás cuando la misma esfera tomó la forma de una silueta humana, pero esta vez era diferente. Lo primero en notar fue que el cabello era mucho más largo, casi hasta la cintura, la figura era -anatómicamente- más delicada delatando que de una mujer se trataba. Adicional, Kao tomaba color, le estaba dando vida a un personaje muy conocido por él.

El peli blanco no ocultó su sorpresa al reconocer a la persona de quien tomó forma envuelta en un aparente uniforme blanco con poca armadura metálica. Esos ojos, el color de piel, su traviesa sonrisa le abrían una pequeña herida emocional.

-  ¿Recuerdas que Syndra habló de Kaoda como la otra lectora del Libro de las Sombras?  -Sin esperar respuesta suelta una carcajada de improvisto-  Carajo, sueno igual que ella. Que asqueroso y retorcido, me encanta.  -

Incluso actuaba igual, fue un pequeño shock en su cabeza que no le permitió entender lo que pasaba. Verla ahí, empapados bajo la lluvia, no era ella misma pero su sombra estaba jugando astutamente.

-  ¿Por qué ella?  -Bien disimuló la sorpresa-

Otra carcajada, mucho más fuerte y prolongada, opacó a la lluvia durante breves segundos. Esa mujer incluso se tomó del estómago en su risa.

-  En serio. Ay, no puedo, me duele.  -Talló su ojo con la mano libre-  Kao... Kaoda. ¿En serio eres tan lento como para entenderlo, Zed?  -

De verdad, eso lo relacionó desde hace días pero creyó que tomó ese nombre como una banalidad, nada sin importancia. Un simple juego.

-  Sólo habla.  -Perdía la paciencia-

La risa acabó, la sombra de Kaoda siguió mostrando una expresión de disfrutar el momento pero sus ojos desafiaban a Zed. Bajó las manos y las escondió tras su espalda al añadir...

-  Si quieres respuestas ven... ven pequeño ninja. Enfrenta a la sombra o muere en ella.  -

-  Bien.  -

Los dos hacen aparecer sus cuchillas, se observaron en silencio, Zed rotó lentamente la muñeca... Inhaló aire al detener el sutil movimiento, cuando exhaló ya se encontraba detrás de la fémina casi acertando la punta de su arma en la nuca. Resultaba que el arma preparada por Kaoda no fue una cuchilla si no una espada de largo y delgado tamaño, posicionada en vertical detuvo ese ataque como si hubiera sido previsto.

Recuerdos Entre Las Sombras  [League Of Legends. Zed X Syndra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora