Cap. 1

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Era un día hermoso en Berk... perfecto para que los amigos se reunieran.
Hipo y los demás quedaron de reunirse.

Hipo estaba caminando por Berk cuando se encuentra con Patapez...

—Patapez, hola ¿Que haces que te ves más pensativo de lo normal?—preguntó mientras caminaba hacía el.

—Ah... Hola Hipo, es que he estado pensando en algo—confesó.

—¿Y en que?—preguntó amablemente.

—En... ¿Como seriamos cuando fueramos adultos?—preguntó muy curioso—Bueno tu eres el único que sabe—aclaró.

—¿Como sabes?—preguntó muy confundido.

—Porque algún día te convertiras en Jefe—respondió. Hipo se sorprendió al oir eso.

—Ah, es verdad—es cierto en cualquier momento Hipo puede convertirse en Jefe pero él no quería.

En ese momento llegaron los gemelos con un gran libro.

—Brutilda, Brutacio ¿Que hacen con ese libro?—preguntó el castaño.

—Escuchamos la pregunta de Patapez y decidimos traer este libro—contestó el rubio.

—¿De dónde lo sacaron?—preguntó el robusto.

—De la casa de Gothi ¿De donde más?—respondió la rubia.

—¿Se metieron a la casa de Gothi?— preguntó el de una pierna con tono molesto.

—¿Quien se metió a la casa de Gothi? —preguntó el pelinegro que venía con la rubia.

—Brutilda y Brutacio se metieron a la casa de Gothi por este libro—contestó el inteligente.

—Pues vamos a ver que contiene—opinó el pelinegro.

—No Patán... no sabemos que contiene aparte sería—fue interrumpido.

—Vamos Hipo no pasará nada— interrumpió la rubia.

—Astrid, apoyame en esto—suplico el ojiverde.

—Ya basta Hipo, la mayoría quiere que lo leamos—aclaró la gemela.

Hipo no dijo nada solo suspiro como aceptación y abrieron el libro.
Brutacio lo abrio y leyó lo primero que vio en voz baja.

—Espera Brutacio, ¿acabas de leer algo del libro?—preguntó el rubio ojiverde.

—No, Si, Talvez... Si—contestó indeciso.

En ese instante las nubes se hicieron presentes en el cielo y empezó una gran tormenta. Todos corrieron hacía la costa, su unica salvación antes de que los alcanzarán los rayos era lanzarse al mar. Al hacerlo quedaron inconscientes por el impacto.

Los rayos del sol estaban alumbrando los ojos de Hipo, haciendo que despertará.

—¿Dónde estamos?—dijo aún acostado muy debíl, antes de volverse a demayar.

Un viaje al FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora