El tiempo avanzó, potente y temible. Devorando días, semanas, meses solo se detenía cuando Niall y Zayn pasaban momentos juntos.
Por aquel entonces Bobby había adquirido un terreno y, sabiendo que Niall no lo acompañaría a trabajar la descuidada tierra, se escapaba a trabajar en lo que, con el tiempo, se convertiría en un precioso sitio donde pasar las vacaciones. Pero el pequeño Horan había descubierto una forma de pasar los fines de semana en los que su padre desaparecía de casa.
- Zayncho, el águila dejó el nido.
- Entendido, duende.
Y con esa simple conversación Zayn entendía que debía tomar sus cosas para ir a pasar el fin de semana en casa de los Horan. No entendía muy bien cómo es que se había hecho amigo del hijo de su jefe, pero no era una idea que le desagradara... el muchacho era bastante agradable, la casa era grande, Bobby lo trataba como un hijo y Niall era como su hermano menor, por lo que se sentía cómodo en ese lugar.
- ¿Qué hacemos? – consultó Niall, tomando entre sus manos el mando de la xbox que Zayn había llevado para que se divirtieran un rato
- Pásame una guitarra
Niall hizo memoria un momento y recordó que en el ático estaba la vieja guitarra de su madre. Fue a por ella y para su suerte, descubrió que tenía todas las cuerdas. Se la entregó a Zayn como quien entrega un hijo y contemplándola un momento, Zayn procedió a afinarla, mientras el rubio lo hacía con la suya.
Pocos minutos después, el living de la casa se llenaba de suaves acordes y dos voces hacían exquisitas armonías, mientras la noche caía sobre Mullingar. Niall no había olvidado todo lo que sentía por Zayn, pero en los momentos que pasaban juntos, había aprendido a tratar con él. Comprendió que no era un ser inalcanzable, pero si muy misterioso y ese misterio se le antojaba excesivamente interesante al rubio, que tendía a perderse en la mirada color miel de su amigo.
Acostumbrado a ver ojos azules, vedes y grises durante toda su infancia, ver la noche que encerraban los ojos de Zayn se le hacía sencillamente delicioso.
- Dos ojos de inquietante profundidad – murmuraba a veces con su vista clavada en Zayn
- ¿Cómo? – solía preguntar el morocho.
- Nada – finalizaba el castaño, apresurándose en cambiar el tema.
Pero Zayn escuchaba con claridad todo lo que el castaño decía. ¿Le inquietaban sus ojos a Niall? - ¿Quién sabe? – solía responderse, cada fin de semana que pasaban a solas, en la casa de los Horan.
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Idea (Ziall)
FanfictionPara Niall ver a su amor platónico en el taller de su padre, era algo normal. Lo extraño era encontrarlo en la escuela, y no solo en la escuela... Acompaña a Niall a descubrir que pasará con su vida, después de que Zayn Malik recibe una interesante...