Capítulo 8.

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El estúpido amor estaba en el estúpido aire. Niall miraba con amargura a todas las parejas que paseaban felices, tomadas de la mano celebrando su día de San Valentín, mientras él estaba sentado en un rincón de la cafetería esperando ahogarse con medio litro de café y medio kilo de dulces. Definitivamente, pasar esa fecha soltero y solo, le hacía mal. ¡Hasta su padre había encontrado con quien pasar el maldito 14 de febrero! y, a pesar de que se alegraba por él, le deprimía pensar que le llevaba la delantera. Había salido temprano de su casa pues Greg, su amigo de física y reciente hermanastro pasaría el día con Jazmín, y su padre, con Maura. – Patético – murmuró Niall, reprochando su eterna soltería. De pronto el horror de morir solo en un departamento, rodeado por gatos le aterró y antes de que pudiera espantar esa fea imagen de su cabeza, su móvil vibró.

Con desgano tomó el móvil, miró la pantalla de llamadas y su corazón se aceleró. Zayn, el eterno y siempre presente Zayn, lo estaba llamando. Sonriendo como un bobo, contestó y se llevó el celular a la oreja.

- Asociación de solterones y lunáticos, habla Niall Horan, presidente, ¿En que puedo servirle?

Tras una carcajada, Zayn habló

- Señor presidente, quiero verlo ¿Tiene tiempo?

- Deja revisar mi agenda de San Valentín – dijo Niall – ok, vacía.

- Nos vemos más tarde, quiero conversar con Greg algunas cosas del proyecto de historia y luego, tal vez, quedarme en tu casa...

- Claro... tu cama te espera – dijo Niall

- Excelente, te veo, adiós.

- Adiós.

Y colgando la llamada, a Niall ya no le pareció que ese día fuera tan estúpido.

Esa misma noche, luego de que Zayn hubiera conversado durante horas con Greg, acerca la separación de Irlanda con el Reino Unido se fue al cuarto de Niall para dormir de una vez. Pero con el tiempo, las temperaturas en Mullingar seguían bajando... o Zayn se había puesto más friolento, ya que en medio de la noche le preguntó a Niall si podía dormir con él.

- Esto... claro... - dijo Niall, disimulando su emoción.

En menos de un minuto, Zayn se pasó de su cama, a la cama de su amigo y se acurrucó junto a él.

Pasaron los minutos y ninguno de los dos hablaba. Zayn se movía insistentemente, mientras que Niall estaba más quieto que león al acecho. Con disimulo, Zayn había comenzado a jugar con el pelo del rubio y éste, cual felino, se rendía a las caricias de su amigo, ronroneando de placer. La mano de Zayn bajó de la cabeza a la espalda del castaño y se mantuvo ahí, describiendo íntimo círculos que abarcaban ambos lados de la cintura de Niall, que seguía tratando de dormir, boca abajo. Girándose para quedar frente a frente del moreno, sintió por fin que Zayn hacía lo que quería hacer; Con fuerza, lo había abrazado y acortando la distancia entre ambos, lo había atraído hacia sí, dejando sus cuerpos totalmente pegados, permitiendo que, literalmente, Niall respirara del aliento de Zayn, embriagando su corazón y conciencia.

- Yo... - Zayn tomó aire con dificultad y frente a él, Niall jadeó – quería darte las gracias...

- ¿Por...?

- No hables hasta que termine – interrumpió el moreno, rozando con sus labios la punta de la nariz de Niall. - quería darte las gracias... por todo lo que has hecho por mí. Cuidarme, abrirme las puertas de tu casa, estar conmigo cuando se descubrió lo de mi madre – silenciosas lagrimas caían por el rostro de Zayn, empapando los labios de Niall – creo que sin ti... no podría haberlo hecho.

Niall no supo que decir y por un momento se quedó bebiendo de las lágrimas de Zayn. – Lo sabía... hasta sus lágrimas saben bien – pensó a tiempo que estiraba su mano y enjugaba las lágrimas del muchacho.

- Te amo, amigo – soltó Zayn de pronto y algo cerca de la puerta se estremeció, pero Niall estaba tan absorto escuchando al moreno que no tuvo ganas de ver que ocurría.

- Te amo – respondió Niall simplemente, sintiendo como la palabra "amigo" caía sobre él como una sentencia.

Pasó un rato y suspirando, Zayn hizo el amago de salirse de la cama, pero Niall lo sujetó de un brazo.

- Quédate – susurró

Y como si fuera un hechizo, Zayn no replicó. Ambos se olvidaron de las reglas de Bobby, de lo que pudiera pensar la familia de Niall y de la incomodidad que se generaba al dormir dos personas en una cama individual. Todo les pareció pequeño, todo les pareció nada y juntos se perdieron entre sábanas y lágrimas. Zayn lloraba de gratitud y Niall... lloraba al sentir que Zayn lo miraba como un amigo... solo como un amigo.

Idea (Ziall)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora