Sin Escape [KEVEDD]

Eterno rival

Kevin entró a los vestidores azotando la puerta con su típico rostro irritado; seguía molesto por aquella escena entre Nath y el Doble Tonto. Los chicos en los cambiadores habían aprovechado ese rato en el que no estaba su capitán para hacer un alboroto notorio, algunos de los muchachos que andaban aun en calzoncillos con su cuerpos bien marcados se tiraban de golpes con las toallas húmedas, otros viendo revistas Playboy, lo típico que hacían estos chicos antes de sus prácticas, pero en el momento en que su capitán entro toda la habitación se inundó en un silencio abrumador, podía notarse quien mandaba ahí; gracias a la gran admiración y el respeto que sentía la mayoría de los chicos hacia Kevin ya que en verdad era un jugador nato y había conseguido tan solo en ese año dos trofeos escolares para Peach Creek justo después de su asenso como capitán, algo que en verdad dejo su frutos, el jugador estrella, el tan aclamado capitán; Kevin Barr. Pero no toda gloria lleva admiración, pues al fondo de los vestidores en uno de los casilleros estaba recargado un chico con semblante sombrío quien no quitaba la mirada de encima a Kevin, este último no lo noto por la rabieta que iba haciendo mientras pasaba frente de aquel chico entre murmullos y con los puños cerrados.

El chico de tez morena y delicada cabellera lacia y castaña que le cubría ligeramente el ojo derecho lo que le daba un toque misterioso con sus profundos y fríos ojos color avellana era más que un simple jugador, era prácticamente el rival del capitán aunque Kevin desconozca su vida y los intereses de este muchacho, Mark estaba al tanto de lo que el peli naranja hacia o decía y no por ser su capitán; Mark tenia celos y una ligera obsesión con la vida tan perfecta que llevaba Kevin, quería superarlo en todo, quería demostrar ser mejor que él aunque en realidad le faltaba mucho más carácter, físico y por lo menos un amigo tan bien influenciado como el que tenía Kevin para poder hacerse de esa fama tremenda que tanto enloquecía a las chicas de la escuela y si bien Mark era de complexión atlética sumamente atractiva, también tenía su grupo de chicas detrás de él pero había algo en Kevin que él deseaba, lo que provocaba una batalla entre estos dos y es que siempre tenían discusiones bastante agresivas, algunas habían terminado en golpes [1]. Se cargaban un temperamento tan similar que daba miedo juntarlos incluso en el campo de juego, pero tanto Kevin como Mark aprendían a sobrellevar la situación durante un partido, porque en verdad jugaban como dioses y Mark era un miembro indispensable para el equipo, en el marcador de mejores jugadores según encuestas realizadas a los mismos alumnos de Peach Creek, Mark estaba posicionada en el tercer puesto justo debajo de Nathan y Kevin, sin duda los mejores.

Kevin llegaba al fondo de los vestidores fulminando con la mirada a todos sus compañeros.

— ¿¡QUE COÑO HACEN PERDIENDO EL TIEMPO INUTILES!? —

Soltaba en un grito en verdad autoritario, aunque no era de esperarse pues siempre llevaba un humor del diablo, pero cuando les tocaba un juego importante Kevin soltaba más rabietas que nunca y no era para más, estaban cerca del partido final de la temporada, algo que en verdad importaba mucho a Kevin y en general a todos en la escuela. Su último partido en Peach Creek debía llevar en gloria, por eso los continuos y extensos entrenamientos habían sido más rigurosos en la última temporada.

—Los quiero en el campo calentando tarados...— recorría el lugar dando un vistazo rápidamente hasta que noto que faltaba uno de sus idiotas.

— ¿Dónde carajo esta Nathan? —

Su voz fría resonó en la habitación hasta que entro el mencionado con una sonrisa de lado y su uniforme listo para entrar al campo.

—Calma guapura, aquí estoy no tienes que angustiarte nene—

Decía Nath con confianza y guiñándole el ojo a Kevin, lo que provoco que este soltara un bufido pesadamente y se tocara la sien.

—No puedo con estos idiotas...— decía en un susurro que apenas logro escuchar Mark mientras pasaba cerca de Kevin.