Alcanzando tus miedos

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La semana siguiente a la cena que tuvieron fue un tanto indiferente por parte de Kevin eso sin contar que el pelinaranja solo buscaba pleito con uno de los Edd's, Kevin seguía discutiendo en ocasionales veces con Eddy cada que se topaban por los pasillos o alguna clase, Ed por su parte estaba emocionado porque había conseguido boletos para el preestreno de su ansiada película de la cual pronto sacarían serie, "Los vegetales mutantes asesinos" ese sin duda era un título aterrador para el más alto del trio, odiaba las verduras y por mucho que Doble D intento decirle que no había nada mutante en sus vegetales pero todo su esfuerzo fue en vano pues Ed había lanzado por la ventana más cercana a sus enemigos verdosos por naturaleza un día en la cafetería.

Doble D era otro asunto; nervioso y sacado de sí mismo, no había vuelto a hacer nada con Kevin... Ni siquiera platicar y no entendía el por qué, por mucho que se sintiera menospreciado solo lo dejo pasar aunque en verdad le dolía sentirse así, sabía que los entrenamientos habían empezado hace un par de días y estaba seguro de que Kevin estaba concentrado en estos y ciertamente se le veía algo cansado con cada práctica, Edd no quería parecer molesto pero se le notaba en sus actitudes un tanto distraídas y desanimadas que necesitaba hablar con el chico por el que tanto suspiraba.

Ese jueves quería darse el valor para invitar nuevamente a Kevin más que nada para aclarar las cosas, sabía que algo dentro de él lo estaba alterando, había tenido la mejor experiencia sexual con el amor de su vida algo que jamás se habría imaginado ni en sueños pero había sido real y maravilloso pero, ¿porque se sentía vacío y más distanciado de Kevin? Eso le dolía, no quería imaginarse que solo había sido un polvo, muy en el fondo recordaba aquellas palabras del mayor, Kevin lo quería y eso significaba mucho para Eddward, no dejaría las cosas así como si nada, quería una respuesta y quería saber si todo eso era real.

***

—No te hubieras molestado—

Kevin recibía una bolsa con galletas caseras de una de sus admirados quien tenía la mirada baja y estaba totalmente apenada. La chica en cuestión no dijo nada mas solo le devolvió una tímida sonrisa y volvió sobre sus paso alejándose de la cancha de donde estaba entrenando los chicos.

—Cariño, últimamente tienes más admiradoras detallistas que nunca, que mal que ninguna va a ser correspondida—

Nathan se había acercado a espaldas de su amigo abrazándolo a su manera, cariñoso y provocativo apenas Kevin pudo zafarse de ese meloso abrazo abrió las galletas.

— ¿Qué puedo decir? Soy irresistible—

—Y mucho, aunque no tanto como yo lindura, ¿a qué se debe tanta fama? —

— ¿Tú que crees Nath?... estuve escuchando rumores de que quieren ir conmigo a la fiesta que harás; como si fuera una puta rifa viejo te lo juro es una locura, todas son unas lambisconas—

Nathan miraba ligeramente sorprendido a su amigo, jamás lo vio quejarse de que las chicas fueran así, por el contrario le agradaba ser el blanco de conquistas y coqueteos en el Peach Creek pero de un tiempo acá parecía que a Kevin no le interesaba ninguna de esas chicas y el peliverde ya se había imaginado el motivo de porque se comportaba así su amigo.

— ¿Tiene algo de malo que quieran ir contigo? Digo, yo no me enojo si las llevas a todas bebé— le guiñaba un ojo coqueto, —o es acaso...que ya tienes en mente con quien iras y no quieres echarte a la bolsa al montón de hermosas chicas que te persiguen—.

Pero Kevin no dijo nada, se limitó a seguir comiendo de esas galletas que estaban a su parecer un poco saladas no le presto mucha importancia y volvió al entrenamiento, Nathan veía como se alejaba y sabía que algo ocultaba.

Sin Escape [KEVEDD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora