Confesiones a medias

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El tiempo corría para Kevin, en menos de una semana la escuela terminaría y las oportunidades con Edd se le agotaban, la desesperación volvía a ser parte de su rutina. Estar acelerado, de mal humor y con ganas de golpear a todo mundo era la orden del día. Volvía a ser el Kevin mal encarado y temido para la escuela; esos días de paz habían terminado ahora que se le veía más molesto por razones desconocidas, motivos que solo Nathan conocía y por los cuales permaneció a su lado toda la mañana del lunes tratando de alegrarlo con dulces elogios –muy a su estilo- llegando a darle un masajito anti estrés antes de su clase de historia; en donde por cierto no hicieron nada ya que la maestra les había dado la hora libre para que prepararan las cosas del famoso baile.

— ¿Y qué gana dando la clase libre? ¿40 minutos más para echarse al director?, vieja loca— decía Kevin subiendo los pies a la banca después de cubrirse los ojos con la visera de su gorra.

Nath trato de calmar a la fiera lo más que pudo para evitar que este se saliera de sus casillas y se descargara contra alguna de las pobres almas que se le cruzaban en su camino, aunque todo el esfuerzo del peli turquesa no sirvió de nada pues el atleta estaba aferrado a colgar su mala cara hasta poder encontrarse con Edd, cosa que lo iba colmando más pues su situación con el azabache aún estaba a la deriva, y si este no se apuraba a dar el siguiente paso alguien más podría arruinarle la oportunidad, el inminente peligro de que Mark se entrometiera y estropeara todo tampoco era de ayuda. Kevin estaba solo en esa situación y permanecía al acecho en caso de cruzarse con el infeliz bastardo de Mark –como así le gustaba llamarlo- pues tenía cuentas pendientes con el mencionado. No dejaría que se fuera con las manos limpias después de lo que le hizo a Nathan, no señor; si el destino le brindaba una mínima oportunidad, por insignificante que fuera; Kevin se lanzaría contra el castaño hasta hacerlo trizas o por lo menos hasta que su ansiedad y estrés pasara pues no había nada mejor que la maldita adrenalina corriendo por todo su cuerpo mientras entraba en calor puño a puño con su rival aunque le saliera caro. Solo quería liberar toda esa tensión, la cabeza no le daba para más que solo problemas y por esa misma razón es que Nathan permaneció a su lado, de ser suspendido y dado de baja para el juego final habría grandes consecuencias y por mucho que Nath le planteo a Kevin que no valía la pena arriesgar todo su futuro por Mark el necio atleta siguió con la cabeza cabreada con el tema.

—Vaya necedad la tuya hombre—

—No es necedad, ese idiota planea hacernos algo malo y Doble D esta involucrado—


~~~


La mañana siguiente paso como cualquier otra excepto por que Kevin aun no daba con Edd, aunque el coraje se le había pasado y trato de controlarse, la cara aun le colgaba por los suelos y el dolor punzante en su cabeza no lo dejaba pensar del todo bien, quería al menos poder escuchar su voz, pero las llamadas a su número eran enviadas al buzón enseguida, lo más probable es que hubiese apagado el móvil durante las clases o quizá para evitar que el peli naranja lo llamara. ¿Por qué se ponía tan a la defensiva? Es lo que no comprendía del todo y por eso es por lo que tanto lo buscaba.

Edd era otro asunto, uno más delicado. Después de que todos llevaran la fiebre del baile a un tono crítico los profesores habían dado la mayoría del día libre para que los alumnos organizaran la dichosa clausura, Eddy hizo todo lo posible porque su amigo no se topara con el imbécil que lo hizo llorar el fin de semana pasado, el trió inseparable había decidido quedarse a dormir en casa de Ed para poder alejar a Doble D de la vista de Kevin, aunque no era del todo seguro pensaron que Kevin jamás se pararía frente a la casa del mayor de los Edd's, pero la mañana del martes Edd ya no podía pasar otro día con el estilo de vida de su amigo y decidieron que ese sería el último día que pasarían juntos, había sido entretenido para el azabache, pero debía volver a casa para cambiarse de ropa, arreglar algunos pendientes en su hogar y para poder dormir en la comodidad de su cama. Agradecido enormemente con sus amigos se pusieron en marcha para caminar hasta la escuela, con Edd ahí los tres despertaban temprano y a tiempo para poder dar una caminata matutina, Ed había preparado varias tostadas para el camino metiéndolas en su mochila. Hablaban de cosas sin sentido como los comics que saldrían para el mes entrante y planeaban una salida para ir al cine, Edd parecía ya más calmado para ese entonces. Al llegar a la escuela pasaron por sus casilleros llevando solo un cuaderno pues dudaban de que de nuevo se dieran clases libres.

Sin Escape [KEVEDD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora