¿Cómo llegamos hasta aquí? Parte I

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Mi nombre es Nathan Kedd Goldberg, muñequito de mostrador, deseado por todos los que me rodean, soy querido y respetado, un claro ejemplo de sensualidad y pasión y el mejor amigo de Kevin Barr, (al que siempre tengo que estar apoyando por sobre todas las situaciones). Soy dichoso de ser sumamente rico y extravagante, casanova de primera y un gran jugador de fútbol; por cuestiones del destino he terminado en una situación comprometedora que me harán ver las cosas desde otro punto de vista; pero antes de decirles quien es debemos recapitular la situación que me llevo a cometer tremenda demencia.

***

La noche ya se hacia presente en la escuela, totalmente vacía que de cierta forma daba un aire tenebroso, pero no para Nathan, quien llevaba una sonrisa de oreja a oreja satisfecho por el resultado que daría aquella cita que se sacó de la manga sin un plan B o C, funcionó desde el momento en el que se lo iba idealizando sabia que no fallaría; el éxito es parte de su don; eso era el efecto Goldberg. Su cabeza fantaseaba en lo bien que se lo pasarían esos dos justo en su cita. Era feliz por ellos y se sentía bien en ayudar a encontrar el amor aunque esas palabras no eran lo suyo ni figuraban en su vida, le parecía algo hermoso aunque él se llenaba de ideas poco agradables y vacías al darse cuenta que aun no podía ni se sentía enamorado por nadie, temiendo de cierta forma el hecho de que jamas sea capaz de conocer el amor.
Dejo de pensar en eso cuando una voz a lo lejos de los vestidores interrumpió sus pensamientos.

—Así que el capitán del equipo de fútbol es un marica de mierda—

...

Mark había parado a Nathan en la salida de los vestidores, el motivo; aquella escena romántica de su amigo Kevin y su enamorado Edd en el estacionamiento que no solo presencio Nath, si no también Mark; si bien no era nada de otro mundo el hecho de que dos chicos tuviesen una cita, parecía que Mark reflejaba una repulsión tremenda ante esa imagen; Nath imagino que la privacidad de esos dos era necesaria hasta que solucionaran su situación y tuvieran la confianza de aceptarlo para después contárselo a todos sus amigos, pero ¿por qué el destino le jugó de esa manera e hizo que Mark fuera el que se diera cuenta de lo que se traían entre manos? ¿Por qué la felicidad que hace unos minutos sentía se había ido al carajo? Trago saliva pero se mantuvo firme ante el castaño.

— ¿Qué me quieres contar a mi grandote? Muévete, no estoy para lidiar con tus alucinaciones Mark—

Nathan quería salir de ahí lo más pronto posible, movía sus manos ansioso sosteniendo su mochila con fuerza. Lo cual noto Mark en seguida y sonrió de medio lado cruzándose de brazos.

— ¿Qué pasa imbécil... te da miedo que te vaya a golpear? — Mark alzaba las cejas incitando a Nathan.

Pero él por su parte relajo los hombros sonriendo de medio lado y clavándole la mirada a Mark.

—Tsk— chasqueaba la boca y giraba los ojos, —no te tengo miedo si es lo que piensas -soquete, dijo para sus adentros- voy apurado, ve la hora que es y mi masajista se ira, ¿sabes lo difícil que es dejar plantada a una sexy chica?mas aun cuando es masajista, eso sí que no lo tolero, no sería un caballero si la dejo sola— guiñaba un ojo para pasarse de largo del bravucón e ignorar todo el veneno que este acumulaba en sus mejillas y salir, ya no tenía pensado perder el tiempo con un imbécil como lo era Mark. Ya bastante rencor había entre él y Kevin, un problema como estos solo le daría mas líos a Nath para mantener el ambiente "relajado".

Pero las cosas empeoraron para Nathan, enseguida sintió como lo jalaban de la camisa con una fuerza bruta de vuelta a los vestidores, chocando de espaldas en los casilleros mientras era sujetado con rabia del cuello por el de cabello castaño.

—Hijo de...— Mark soltó un golpe a la boca del estómago de Nath lo que le quito el aire enseguida, —no está aquí tu maricon amiguito para defenderte o si debilucho— soltaba Mark de forma arrogante mientras Nath caía al suelo tratando de recuperar el aliento.

Sin Escape [KEVEDD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora