Por Nosotros | BTS

Min Yoongi

El chico miraba con odio a su secuestrador, ¿Cómo era posible que le ofreciera escapar juntos después de todo lo que había echo? Nunca en la vida podría volver a mirarlo a los ojos después de todo esto, eso si aún seguía con vida.

Después de la proposición de aquel sujeto ninguno de los dos volvió a hablar, comenzó a atardecer y las esperanzas de que la policía hiciera algo habían comenzado a desvanecerse, si no habían atrapado al loco ese era imposible que lo hicieran ahora, ni si quiera él mismo podía creer lo que estaba pasando.

- Te he dado ya muchas horas para que lo pienses, se que estás sorprendido, ¿pero no crees que lo mejor es permanecer juntos? - El sujeto parecía rogar con sus ojos que el chico aceptara y justo en ese momento el dolor volvió a hacer acto de presencia, con sus dos manos se tomó la cabeza y jalaba su cabello.

- Parece que realmente estás jodido, no sabía que sufrías de jaquecas - Dijo el chico mientras observaba el sufrimiento en el que se encontraba su secuestrador.

- Si p-pudiera me la arrancaría de una p-puta vez... pero aún hay cosas que quiero hacer - Dijo con lágrimas en sus mejillas, al parecer era más grave de lo que el chico creía.

- Si quieres yo te la puedo arrancar... después de estos días se me hace difícil tenerte algo de compasión, aunque hayamos sido amigos alguna vez - El chico se acomodó un poco mejor en la silla, ya casi no sentía su cuerpo por mantener la misma posición casi dos días.

- Oh mi querido Yoongi, no me importaría morir en tus manos, pero primero acepta huir conmigo y luego de un mes si quieres me matas, ¿qué te parece? - Yoongi se estaba quedando sin opciones, no quería seguir en la compañía de él, pero sabía que la única forma de salir de ahí con vida era seguirle el juego al chico que alguna vez quiso proteger y que ahora lo mantenía secuestrado.

- Esta bien... pero suéltame ahora mismo - Yoongi ya no quería seguir amarrado.

- Tranquilo, primero deja terminar de contarte todo y luego te saco de aquí.

Era Lunes y Yoongi seguía haciendo compañía a Jimin esta vez en casa de Yoongi ya que al menor le habían dado el alta, apenas hablaban, pero al menos se sentían más protegidos estando juntos.

El detective había ido a visitarlos todos los días desde la muerte de Tae y Kookie, les hacía preguntas sobre todo a Yoongi y como él era el que siempre estaba en los lugares dónde habían sucedido los crímenes tuvieron que llevarlo a la comisaría aún sabiendo que el asesino estaba suelto.

Yoongi no quería dejar a Jimin solo, pero cuando el mayor intentó ofrecerle a Jimin que lo acompañara a la comisaría para que estuviera más seguro de pronto el menor se desmayó y lo tuvieron que llevar al hospital.

No supo nada de él hasta más tarde cuando lo estaban interrogando, recibió una llamada de Jimin y este le dijo que según el doctor necesitaban hacerle un chequeo y Yoongi pensó que al parecer la dieta y el estrés lo mantenían muy débil.

Estaba harto de tantas preguntas, Yoongi no sabía más que los jodidos policías, además la culpa de todo esto era la ineficiencia de todos ellos, no podía ser que la vigilancia hacia los chicos haya sido tan paupérrima, un jodido asesino estaba tras ellos y lo único que hacían los policías era visitarlos de vez en cuando.

Gracias a Dios esta vez a Jimin lo tenían vigilado con dos policías que no se despegaban ni a sol ni a sombra.

Ya eran las seis de la tarde y aún seguían hablando del día viernes en que mataron a Tae y Kookie, al parecer no habían rastros del asesino y Yoongi se sintió agradecido de que ese día no se le ocurrió tocar las jeringuillas, o si no rápidamente hubiese sido inculpado por crímenes que no cometió.