23.

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-No estás bien Alisha, necesitas ir al médico.- Dijo Vanessa.

Vanessa decidió venir de visita conmigo unos cuantos días en lo que yo ponía orden a mi vida, también la acompaño Korney quien no dejaba de hacer preguntas relacionadas con Cameron a pesar de las veces que le llamaba la atención Vanessa.

-No necesito nada, sólo descansar bien, el cambio de horario me está matando.-

-Bueno, tú decidiste venirte a Milán, solo a ti se te ocurrió Milán de todas las partes qué hay en el mundo.-

-Es un lugar que nadie espera que venga, es por eso que estoy aquí.-

-Me parece una ridicules de tu parte, solo pudiste cambiar de departamento pero no, la niña quiso cambiar de vida.-

-Necesito un respiro.-

-¿No se? ¿California?, pero ¿Milán?- Me observaba incrédula.

-Ya supéralo.- Bufe.

-Te viniste a la otra maldita parte del mundo, a otro continente, no, no supero el hecho de que te viniste a este lugar, no supero el hecho de que hayas alejado de nosotros.- Me miro.- Aparte hace como cuatro grados, ¿en que cabeza cabe, Alisha?-

-¿Puedes dejar de reñirme?-

-Puedo, otra cosa es que no quiero.-

-Ya.- Le dije.

-Será Navidad, ¿sabes?, ¡estarás sola!, no puedes quedarte aquí.-

-Estaré bien.-

-Alish...-

-No te preocupes por mí, solo será Navidad.- Interrumpí.

-¡Por eso!- Chilló.- ¡Tu amas la Navidad!, por más que quisiera estar aquí la amargada madre de Colton nos invitó a su casa, Colton dijo que si.- Rodo los ojos.- Y ya sabes cómo se pone cuando le cancelamos.-

-Entiendo perfectamente, no hay ningún problema, estaré bien.-

-¿Estás segura?-

-Si, lo estoy.-

Solo estoy segura de que pasare mi época favorita sola.

(...)

Eran principios del año y estar en una ciudad completamente desconocida y sola es una asco, literalmente no conozco a nadie y hablar un idioma que no es el mío apesta, y apesta más porque siquiera le entiendo.

Salí de mi diminuto departamento para ir al pequeño restaurante que parecía lindo que está a la vuelta del pequeño fraccionamiento. Una vez afuera, ignorando a mi portero que no es Fred comencé a caminar con el frío de infierno que había en esta bendita ciudad. Mi pasó era lento lo que hacía que las personas de las bicicletas me dijeran unas groserías en Italiano, bueno o eso entendí.

Llegue al pequeño restaurante o café, no tengo idea de lo que era y entre, era demasiado pintoresco, tenía luces y las camareras andaban en patines, ¡en patines!, emprendí camino a una de las pequeñas mesas y me senté.

-Buongiorno, vi lascio un menu da scegliere.- Me dijo una chica rubia, muy hermosa a la cual no le entendía ni pío.

-Uh.- Le sonreí.- Me Qua..lcuno parla inglese?- Respondí, ¡era lo único que sabía en Italiano!

Ella asintió con una gran sonrisa.

Talia! Qualcuno non sa italiana!- Chilló la chica emprendiendo camino a otro lugar.

That inept?; [c.d.] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora