Compendio de Pararadigmas.

Para el ámbar.

De que sirve, de que sirve un escritor cuerdo. Que nunca padeció el perder a un ser al que nombró su cielo. De que sirve si no hay mas fuego adentro, mi corazón es mío, mi cuerpo, suerte, si es que es nuestro.

Me pesa el bolígrafo y perdí mi pluma, me llena un verso en mi mente más que una hoja sucia. Y aún cuando todo es llanto y ya no es culpa, aún cuando mi retrato se tacha para pintar encima una dalia, cuando la margarita florece y escupe semillas; aún entonces, prefiero beber mis palabras antes que una copa de tinta.

Antes que escupir versos sin cuidado de en que renglón caen, aún cuando todo es mentira y la única verdad que encuentro, es mirarte el rostro y tachar nuestro rastro. No vaya a ser que otro ser amorfo nos siga el paso.

Que ya no me apena no encontrarte en la cama, ni buscarte en mis poemas, quiero tenerte en mente y que en ello se cure mi dilema. Que verte sea encontrarte, resarcirme, y cuando marches; haberte visto sea algo que contarles a mis ángeles. A mis musas.

Que sepan que existes fuera de mis luces,

y que al agonizar no me busques.

Que ya me verás cuando me vaya,

no vaya a ser que falles

y no me agarres cuando caiga.