Ice Моем Heart [Viktuuri]

Capítulo 1: La sabiduría de Yuri Katsuki.

[Yuri narra]

Creo que cometí un error...

Me deslizo en el hielo, pero esta vez con preocupación.

Uno muy grande.

¿Qué puede aconsejarse un "inexperto" a alguien que no sabe nada sobre el amor?

Correcto.

NADA.

N-A-D-A.

Continuo deslizándome, quiero estar un poco más sobre el hielo. Meditar sobre este al deslizarme para deshacerme de esta presión extra que me cargue yo solo.

Estoy muerto. –Concluyo al final –Plisetsky va a matarm-¡Ehh!

Sin darme cuenta mi pensamiento me lleva más cerca de la pared de lo que creo. Termino estrellando mi rostro de nueva cuenta con ella.

– ¡YURI! –La elevación de mi propio nombre de forma alarmada es lo siguiente que oigo.

Me recuerda que no estoy solo en la pista. Olvide que Viktor estaba patinando también.

– Ah-tha... -llego a soltar de mis labios en lo que mis dedos se colocan sobre mi frente, masajeando mis sienes. Dolió.

En poco oigo, un carraspear de los patines de lámina de oro en mi contrario llegando mi lado, y sus brazos al contorno de mi cuerpo ayudándome a ponerme de pie.

–Yuri, ¡¿estás bien?! –eleva su voz en mi oído. No estoy sordo.

–Viktor –le doy por respuesta, parece "no convencido". Toma mi rostro entre sus manos, presionando esas mejillas mías. La preocupación lo aflige y se refleja en su rostro.

–Seguro, ¿estás bien? –No me cree cuando le digo que, "No lo vi". Lo cual es una burda mentira. Debí decir algo más racional, como que estaba distraído.

– ¿Cuántos dedos ves? –me pregunta, efectivamente no me cree.

–Dos –le digo.

– ¿Seguro?

Le asiento.

Viktor me sobreprotege mucho esta temporada. Será que hice mal en comentarle que; "No me he sentido muy bien últimamente". No es que este enfermo o algo. Solo abatido.

Otra vuelta hace hincapié en ayudarme, me sujeta por la espalda, en un abrazo a mi vientre.

–Viktor –digo después de sentir su peso a mis espaldas –No me ayudes.

Le pido.Pero él no tiene intención alguna de soltarme.

–Pero Yuri... -habla. Viktor no parece entender.

– ¡Ya basta! ¡Debo ponerme en pie yo solo! ¡Porque de lo contrario cuánto tiempo más te quedaras conmigo!

Mi rabia explota, y las lágrimas le siguen. Pues aun, en este punto...

A pesar de haber superado su puntuación.

No soy el mejor.

–Yuri... -me habla con calma, como cada vez en que sabe que debe darme un poco de tiempo extra.

–No tienes que hacerlo solo –toma mi mano con delicadeza, al igual que si fuera una reliquia.

–No puedo retenerte a mi lado. Es egoísta... también quieres patinar ¿o no? –le digo, sé que es así –...También molesta que te haya superado ¿no?... Puedes decir que estas feliz por el mismo hecho, pero el que no ganara la de oro también te hace fallar como entrenador... Muy en el fondo sé que tú quieres··· -Avanza a mí para cerrarme el paso