El 17 de septiembre de 1925 sufrió un grave accidente cuando el autobús en que ella viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido.
Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso pélvico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina.
Al respecto, Frida comentaba que habría sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad.