En 1932 le encargaron a Diego Rivera unos murales para un Museo de Detroit. En abril Frida pintó Aparador en una calle de Detroit . Se vuelve crítica con la forma de vida estadounidense y lo dejó reflejado en sus pinturas de entonces. En agosto de 1932 contempló un eclipse solar , por lo que incorporó a algunos de sus cuadros el dualismo noche y día, convirtiéndose en un elemento iconográfico frecuente y recurrente de su obra.