II Parte.
Albus Severus
Esto no puede estar pasando. ¡Maldición No! Liz acaba de mandarme al demonio, y ni siquiera me dejo explicarle las cosas.
¿Que le ibas a explicar, de que forma se lo hiciste a Anais?
No. Pero se supone que ella no debía enterarse joder.
¿Es enserio? Son mejores amigas Sherlock, se cuentan todo ¿Que esperabas?
-Albus..
Esa voz era la que menos quería escuchar ahora. ¿Después de lo que hizo viene a Hablarme como si nada?
¿Después de lo que hizo? ¿Hablas en serio? Ella no te obligó a acostarte con ella ¿o si? Tu la buscaste, no te quejes ahora.
¡Cállate!
- ¿Que quieres Anais? -dije molesto
-Tenemos que hablar..
-¿¡Sobre que!? ¿Sobre cómo acabas de Joder todo? -Estaba enojado, mucho
-¿De que hablas? - y encima se hace la desentendida
-¿Que de que hablo? ¿Es enserio? ¡LE DIJISTE A LIZ QUE ESTUVIMOS JUNTOS!
-¿Y acaso mentí?
-¿Acaso te dio por no hacerlo? ¡Acabas de joderme la vida, por merlín! - exclame exaltado
-Ay Al, ya, ni es para tanto, ahora podemos estar juntos como me dijiste -hizo puchero y me abrazo, me separé inmediatamente
-Yo nunca estaría contigo, eres solo diversión ¿acaso no lo entiendes?
-Me buscaste porque soy mejor que ella -dijo molesta mientras pateaba el suelo como niña malcriada, bueno, eso era
-Quiero que te quede claro algo, Nadie, escúchame bien, absolutamente NADIE es mejor que ella, - la miré amenazante - más que buscarte te me lanzaste sin importar que estaba con quien decías era "tu hermana" únicamente para demostrar que siempre tenías lo que querías, pues no te salió, es a ella a quien quiero, no a ti, aun no entiendo como se te ocurrió que la dejaría por ti, estas muy mal si de verdad pensaste eso -dije finalmente y salí de la sala común, no aguantaba más estar allí. Iba caminando por las mazmorras cuando escuche un ruido, creyendo que era Filch, rápidamente me escondí detrás de una columna desde donde podía ver todo el pasillo, me sorprendí al no ver al conserje saliendo del aula, sino a una Gryffindor algo desarreglada ¿Que estará haciendo aquí? Cuando se dio la vuelta para irse pude verla mejor y la reconocí al instante, Támara Black, una pelinegra muy linda y dulce, un poco infantil a veces pero es una increíble chica, una vez me asegure de que se hubiese ido me dirigí al aula de donde salió, pues su acompañante seguía allí y no, no era por chisme, sabía perfectamente quién estaba allí, pues es la madrugada del sábado, así que si aquí estuvo Tamara adentro obviamente queda...
-¡Maldición Potter, me asustaste! - exclamó Mariano luego de abrir bruscamente la puerta y encontrarme al otro lado de la misma - ¿Acaso estas loco?
Reí
-Puede que si, pero no fui yo quién tuvo sexo en un aula, con una Gryffindor, en mitad de la noche ¿sabes? -le dije divertido
-Imbécil -mascullo - le diré a Liz que te deje sin sexo por un mes.
Automáticamente deje de reír y mi risa fue reemplazada con un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar, el lo notó.
