La hija de Slenderman |TERMINADA|

Epílogo

Narra Raven

Nos preparamos, entrenamos como si fuera la situación real. Pero nada nos preparaba para la verdadera situación. Al llegar a la parte más profunda del bosque nos esperaba Zalgo con su propio ejército. Éramos pocos, lo admito, dejando a Sally, Austin y Jade atrás por precaución, pero todos aquí venimos a luchar y a luchar hasta morir. Lastimosamente ninguno de nosotros estábamos preparados para lo que seguía. Al acercarnos, vi una figura, atada y sangrienta. Alas astadas, destrozadas por múltiples heridas. Scarecrow.

-Miren quién se decidió aparecer. La cabaña de los Creepypastas –rió Zalgo.- Ya decía yo que no vendrían por su pequeña amiguita. Lastimosamente el proceso de borrado de memoria no funcionó en ella y no nos podíamos deshacer de ella, por lo cual sólo nos dejó una opción. Torturarla. –dijo con una sonrisa psicópata. ¿Cómo es capaz de hacerle eso a su propia sobrina? ¿Y si no fuera ella? ¿Si fuera alguno de nosotros? ¿Qué habría hecho? ¿Asesinarlo a sangre fría? ¿Torturarlo hasta que ruegue por la muerte?

-Libérala y no causaremos problemas Zalgo- dijo papá, pero todos sabíamos que era en vano. Zalgo lo que quiere es una pelea, entonces una pelea obtendrá.

-Si tanto quieres una pelea, entonces una pelea obtendrás –Siseé, no pensaba dejar que mi mejor amiga muriera a en vano, tampoco estaba en los planes dejarla morir.

-Entonces pelea-dijo Insane, con eso todos comenzamos a pelear. Pinkamena Dianne Pie, mejor conocida como Pinkie Pie, se me acercó con su característico cuchillo de carnicería. Al levantarlo anticipé su golpe. Va a girar hacia la izquierda, ve a la derecha. Agarrando mi katana con ambas manos di un golpe a su franco izquierdo, esquivando por poco un puño a mi cara. Detuve su cuchillo con mi katana, dirigiendo una patada hacia su estómago. Así estuvimos durante un tiempo, yo bloqueando sus golpes o ella los míos hasta que decidí cambiar mi táctica, golpea izquierda, no derecha, inmediatamente logré clavar mi katana en su estómago, asegurando su muerte. Cuando ella se arrodilló al sostener su estómago bajé mi katana en un movimiento preciso, cortando su cabeza.

-Creo que ya no habrán más cupcakes Pinkie-dije caminando hacia Scare. Al llegar donde ella me arrodillé a su lado, de haber sabido que ese iba a ser un gran error no lo habría hecho, pero eso lo descubriría poco después.-Scare, soy yo, Raven.

-¿Raven? ¡NO!-Todo sucedió tan rápido, ella saltó frente a mí, al darme vuelta vi a Candy Pop, un cuchillo enterrado en el abdomen de Scare. Ambas cayeron al mismo tiempo. Un cuchillo en el lugar del corazón de Candy Pop y el cuchillo en el abdomen de Scare.

-Scare ni se te ocurra morir aquí, no ahora. ¿Qué va a suceder con Masky?-dije con lágrimas volviendo mi vista borrosa.

-Dile que lo amo y que lo siento mucho.- dijo débil, cerrando sus ojos.

-¡No! ¡Scare! ¡No cierres los ojos! Por favor – dije llorando. No me había dado cuenta hasta ahora que todo terminó, derrotamos a Zalgo pero ¿a qué precio? Scare está muerta por mi culpa y quién sabe quién más puede estarlo.

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Luego de revisar los cuerpos descubrimos que sólo Scare había muerto de los nuestros. Masky no podía creerlo hasta que lo llevé con el cuerpo de Scare. Durante la pelea él perdió su máscara, por lo cual pude ver como sus ojos se volvían borrosos por las lágrimas, hasta que cayeron por sus mejillas. Lo abracé, después de todo ambos perdimos a una persona muy importante en nuestras vidas.

10 años después

-¿Y qué sucedió después?-preguntó Camila, mi pequeña hija de cuatro años.

-Después todos fueron a casa, enterraron a Scarecrow y se despidieron como debían, un año después Jeff y Raven se casaron y tuvieron una hermosa hija, dos años después nació un hermanito para ella-dije sonriendo.-Bueno es hora de dormir peque, buenas noches.

-Buenas noches mami-antes de apagar la luz escuché a mi hija llamarme de nuevo.

-¿Qué sucede hija?

-¿Tu eres la chica de la historia cierto? ¿Tú eres la hija de Slenderman?-Sonreí ante su comentario, para tener cuatro años, Camila definitivamente es muy inteligente.

-Eso es correcto hija, ahora sí, buenas noches hija-dije apagando la luz. Con una sonrisa en mi cara salí de su cuatro.

Bueno, feliz navidad mis queridos lectores y lectoras, esto definitivamente no hubiera sucedido de no haber sido por todos ustedes que se quedaron hasta el final de esta historia. Gracias por quedarse de principio a fin.

-CH