Scorbus; Wattpad

Scorbus; Navidad

Por los pasillos de Hogwarts se veían pocos estudiantes ya que la mayoría se encontraba en sus casas. Casi todos se dirigían al gran comedor a desayunar en ese frío veinticinco de diciembre. En algún lugar debajo de todo eso, en sus habitaciones Albus Severus Potter y Scorpius Hyperion Malfoy aún duermen en la primera navidad que decidieron pasar en el castillo.
El primero en abrir los ojos fue el rubio, quien vió una pequeña montaña de regalos a sus pies y a los pies de su mejor amigo. Se levantó y fue directo a la cama de este a despertarlo, en los cinco años que estuvieron en esos dormitorios no recordaba que el Potter se hubiera despertado antes que él. Scorpius se inclinó de forma alarmante sobre la cabecera de la cama de Albus y le gritó.
-Al, Albus. ¡Albus es navidad despierta de una vez!
Sobresaltado el mencionado abrió un poco los ojos, parpadeó unas veces y sólo contestó:
-Nunca me acostumbraré a tus pacíficas maneras de despertarme. Como sea, ¿abrimos los paquetes?
Scorpius asintió y juntos fueron desenvolviendo todos y cada uno de los presentes que les eran dirigidos. Lucius Malfoy le había enviado un pequeño artefacto con varios engranajes que seguramente se utilizaría en magia oscura o algo así, Molly Weasley, la abuela de Al le envió un característico suéter de su confección en color plateado, parecido al de su amigo, en color verde. De parte de su padre recibió algo que lo conmovió bastante: una agenda forrada en cuero negro, un poco gastada, con varias hojas arrancadas al principio y una nota escrita por su propia madre antes de morir.
"Querido Scorpius, se que estoy muy enferma y lo más seguro es que no pueda terminar de llenar las páginas de este cuaderno. Por eso quiero que cuando tu padre juzgue que puedes tenerlo, te lo regale para que tu, mi descendencia seas capaz de completar lo que no pude, de vivir lo que yo no.
Te amo mucho hijo, mamá."
Scorpius tenía la mirada pérdida y los ojos vidriosos, a pesar de cuan sensibles pareciera casi nunca lloraba, lo odiaba.
-Ey ey, Scorp ¿Estás bien?
-Claro.-dijo limpiándose con la manga esas lágrimas que aún no había derramado.
-Te falta un obsequio aún.
El rubio miró alrededor buscando a que se refería su amigo, pero cuando levantó la vista murmurando que no veía nada, se detuvo de inmediato. Frente a sus ojos Albus le extendía un pequeño paquetito tan plateado como su sueter, tan plateado como sus ojos.
-Faltaba el mío.
El Malfoy lo tomó y con cuidado quitó el papel.
-¿Enserio Albus? ¿Un giratiempo? Tu pretendes que nos maten o...
-No es real tonto, es sólo una imitación y mira- el Potter se acercó y sostuvo el colgante entre sus manos, puso una parte hacia arriba y lo volvió a acercar a su amigo.
-¿Siempre?
-Pensé que era un bonito detalle, es un giratiempo y que diga siempre es como un recordatorio de lo que pasamos juntos y de que no importa cuando, estaremos juntos...
-Albus, sabes que no soy amante de los giratiempos.
-Lo se pero pensé que... Yo...
-Pero este es perfecto, gracias.
Scorpius se lanzó sobre el Potter en un abrazo lleno de sentimientos que duró varios segundos, pero que hubieran preferido que dure una eternidad. Al separarse no pudo evitar estampar un pequeño beso en los labios de su mejor amigo. Inmediatamente quedó petrificado, con una mirada de horror. Albus rió.
-¿Esto también es parte de esa nueva versión nuestra que tenías en mente?
-No entiendo como recuerdas cada palabra que digo.
-Te quiero Scorpius Malfoy, gracias por este regalo de navidad.
Los dos chicos salieron de las habitaciones de Slytherin con sonrisas en la cara y tomados de la mano, pensando que tal vez sería buena idea quedarse más navidades en Hogwarts y que como el colgante en el cuello del rubio decía, estarían juntos siempre.