22. Gracias

686 53 29
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV Compartido

Dolor.

No estoy seguro si existía mejor palabra para expresar la atmósfera que nos envolvía. Un dolor lacerante se cernía sobre nosotros, con cada paso que dimos para llegar a mi auto, llevándote apenas entre mis brazos, y ya en él no se disipó ni un poco. Tal vez no es entendible por qué yo me siento tan afectado como tú, sin embargo se resume en algo bastante simple, tu dolor es mi dolor. Sentir lo destrozado que estás me quiebra a mí de igual manera, por una parte porque verte tan frágil y sufriendo como nunca se siente como si miles de agujas (sí, esas a las que les tengo terror) se enterraran sin piedad en mi piel y en mi corazón, y a la vez, porque como ya dije tus padecimientos se transforman en los míos de inmediato, así es cuando amas sin medida y no creo que exista algo más desarmante que ver a quien amas tan vulnerable y destruido. Hay tanta aflicción en tu mirada, la pena y el desconsuelo que veo ahí arrasa conmigo a un nivel impresionante, porque eres tú, se trata de ti y no hay nadie que tenga más impacto en mi vida que tú, porque te amo demasiado, porque desearía poder quitarte hasta el más pequeño de tus pesares.

No creo que hayas notado cuán afligido me encuentro. Hoy más que nunca necesitas apoyarte en mí y yo quiero estar a cada segundo a tu lado para lo que sea que requieras.


Vamos en silencio, ninguno tuvo el ánimo de prender la radio. Gotitas de lluvia golpean contra el auto, de una forma casi tímida, con muy poca intensidad, no ayudan a desvanecer el ambiente melancólico en el que estamos sumergidos, hasta yo diría que lo incrementa, sobre todo cuando la tempestad comienza a sacudir la ciudad con fuerza. Me hace recordar cuando fui a tu departamento y me pilló un aguacero como éste, cuando me contaste de tu astrapofobia y cómo tu mamá solía calmarte, cantándote o leyéndote cuando habían tormentas y luego como tú diseñaste tu propio método escuchando música para intentar sobrellevarla, eres tan fuerte y admirable. Me estoy muriendo por tenerte entre mis brazos, quiero reconfortarte, que sientas mi amor intentando sanarte con ese mero toque.

—Cielo, tu querías pasar al supermercado—. Presiento que ya no quieres ir, pero tenía que consultarte.

—Mmmm... no, ya no tengo ganas.

Tal como lo presentí, y por tu tono de voz tan desganado diría que no tienes ganas de hacer absolutamente nada, y está bien, para eso me tienes a mí, yo voy a atenderte y procurar que te sientas mejor.

El tráfico se apiada de mí y llegamos a casa al fin. Te bajas y caminas de forma tan apática y muy lento, pareciera que no te importa que este lloviendo. Llego a tu encuentro rápido y te resguardo con el paraguas que tenía en el asiento de atrás, te tomo del brazo, pero ni pareces notarlo.


Ya adentro de la casa dejo el paraguas en cualquier parte y te quito el abrigo. Prendo la calefacción, y mis ojos vuelan hacia ti de nuevo. Estás recostado en el sofá mirando una figurita, o eso es lo que parece, a mi forma de ver parece que estás mirando a la nada, perdido en tus dolorosos recuerdos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fobias [EunHae + 18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora