(Narras tú)
Cuando llegue a mi casa ese día después de haberlo visto, mi felicidad se notaba a kilómetros.
- Que feliz que estas ______ (tn) – Exclamó mi madre al verme sonriendo como una idiota.
- Sí, es que acaba de ver a su amor – Dijo mi padre burlándose.
- No seas bobo papá, no es mi amor ni nada por el estilo – Exclamé un poco molesta por sus burlas. – Harry es solo un buen amigo que no veía hace tiempo.
- ¿Viste a Harry? – Exclamo mi madre. - ¿Y como esta? ¿Cómo le fue con lo de la Universidad?
- Está bien, no pudo entrar a la Universidad porque dijo que no le había ido como esperaba en el examen, así que se decidió tomarse un año y preparase para rendir la prueba de nuevo. – Le respondí a mi madre.
- ¡Oh! Muy bien, ojala se prepare mejor este año y pueda ir a la Universidad el año que viene.- Mi madre me dio una sonrisa y volvió a hacer lo que estaba haciendo antes de que mi padre y yo llegáramos.
Miré a papá con cara de enojo y él se encogió de hombros y sonrió, sabe que haga lo que haga no puedo enojarme con él, es un bobo y lo amo por eso.
Alex salió de su habitación, me miro y me preguntó - ¿Quieres venir a jugar? Iré donde los chicos (Marthin, Damián y Vincent) - Asentí con la cabeza y le pedí que me esperara un momento para ir a ponerme ropa más cómoda para jugar.
Debo reconocerlo, era bastante infantil para mi edad, amaba jugar videojuegos, ver caricaturas, Bob Esponja era mi favorito y a veces me gustaba jugar a la pelota con mis primos y Alex. Nunca ganaba jugando a la pelota, pero en los videojuegos les “daba clases” a mis primos y a mi hermanito, sobre todo para los de Lucha, Carreras de autos y en mi juego favorito, el Guitar Hero. ¡Oh! Como amaba ese juego, podía pasar horas y horas jugándolo, bueno, hasta que mi consola Play Station se estropeo de tanto uso.
Bueno, volviendo a la historia, después de esa tarde de juegos con mis primos y Alex, llegue a mi casa agotada, me di un baño y me acosté a leer mi libro, al otro día teníamos trabajo, así que me dormí temprano.
Eran las 6.00 am. y yo ya estaba en pie y lista para ir al trabajo con mi familia, nos tocaba un evento de bandas de rock, así que iba feliz, era mi estilo. El evento estuvo muy tranquilo, subieron a tocar muchas bandas y eran realmente buenísimas.
Al terminar el evento se me acerco un chico, lo reconocí de inmediato, era el baterista de una de las bandas, se llamaba Ted, era alto, tenía los ojos verdes, estaba lleno de tatuajes, llevaba puesta una chaqueta de cuero negra y unos jeans ajustados, el pelo corto y era más bien macizo. – Hola nena, tu eres la hija del productor ¿Cierto?- Lo miré de arriba abajo y le respondí. – Si, ¿Por qué? – Me miro y se rio – Eres ruda ¿Eh? No te preocupes, no es nada malo, solo quería hablarte a ti y no se me ocurrió nada más original, lo siento. – Puso cara triste y se dio la vuelta para irse - ¡Espera! – Grité, y aun no me explico porque lo hice - Lo siento, no quise ser descortés, me llamo _______ (tn) Evans y tú eres…. – TED – Respondió. – Un gusto, te vi tocar batería y déjame decirte que tocas espectacular – Sonreí como solo yo sé hacerlo – Eres muy simpática _______ (tn) ¿tienes número de teléfono o algo? – Lo miré un poco sonrojada, jamás en la vida se me había acercado un chico guapo a decirme que era linda y que le diera mi número de teléfono, incluso llegue a pensar que algún idiota me estaba jugando una broma de mal gusto, muy mal gusto.
No tenía mucha confianza en mí misma, y mi autoestima tampoco era la mejor, aunque siempre me andaba riendo y trataba de ser lo más simpática posible con todo el mundo y tratar de nunca verme triste, lo únicos momentos que tenía para mi eran cuando estaba sola en mi habitación y ahí podía desahogarme todo lo que quería.
Bueno, Ted siguió hablándome, me cayó bien, así que le di mi número de teléfono y seguimos en contacto, apenas llegue a mi casa me llamó, me reí y pensé – Wow, creo que realmente está interesado en mí. Le conteste - ¿Cómo llegaste nena? ¿Estás muy cansada? – Preguntó inquieto. – Llegue bien gracias, sí, estoy un poco cansada, pero nada que una buena siesta no arregle. – Sonreí. – Cuando te hable estaba nervioso, ¿No se notó? Jajaja - Rio – Solo un poco – Bromee.
Hablamos creo que como ¿1 hora? Era simpático, para verse tan rebelde con su ropa negra y tatuajes, no era del tipo de chicos que me gustaban, a pesar que me encantaba esa música, pero el, llamó mi atención, tenía una chispa de rebeldía mezclada con ternura, cosa que es muy rara de ver en un rockero.
