El tiempo, tan corrosivo.

Cartas azules

Lo siento papá, se que no era lo que querías, que fue difícil
Siento haber perdido tantos besos por querer a quien quería

Lo siento mamá, quiero que sepas que mecido por el viento, aquí hasta el dolor es bello
Que te quiero y no me olvides son peticiones fuertes para el horror en el que pienso

Hermano, quiero que me busques en la memoria, como si de mí quedase algo
Cuéntame en cada pétalo cómo era el frío, y cómo era correr y resbalar en los charcos

A ti que fuiste todo, lo que tuve, tengo, y pierdo
Dejo deudas de cicatrices en tu espalda, en aquel oxígeno que me traía tu beso
Dejo besos dados en tus labios, que los recordaran de vez en cuando
Dejo esos ojos... tanto cuesta... para que los acaricien otras manos...

Para ella, que sabrá quien es, desde hace poco tiempo, largas risas y momentos
Que nunca le callen el alma, que no le amordacen la vista ni le amarren el cuerpo
Que nunca le calle el aire, que nunca le roze el fuego
Que eres tierra y eres vida, aunque la veas en blanco y negro

A mis manos les pido que sean rápidas, y a mi vista que no mire.
A la tristeza que no me siga, y a mis ojos que no sean nunca más tan grises

Me miran los azulejos como si fuese yo el inerte, me mira el suelo la sangre, que solo entiende mi arte
Que nuestros corazones bailen os pido... y así no muera como todos
Quiero vivir de otra forma, quiero vivir en vosotros

Pero disculpadme todas mis vidas, llevo prisa y en el tren se ha montado ya el tiempo
Las horas me sacan la lengua, y se ríe de mí el minutero
Me ven de luto en camisa blanca, acompañar cerro arriba mi cuerpo
Me estoy cansando y no pienso, que mi cadaver estoy siguiendo

Me estoy cansando y no pienso que:
Ahora puedo volar, vidas, puedo volar por fin a la deriva.