Diabolik Lovers

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Dazai corría detrás de Nakajima, persiguiéndolo con sus brazos llenos de vendas estirados hacia él.

  -¡Chúpame la sangre, Atsushi-kun!

  -¡Aléjate de mí, pervertido!

  -¡Pero si lo estás deseando! ¡No te contengas! ¡Chúpame hasta el último litro!

  -¡Prefiero morir de hambre!

El pequeño trigre huyó hasta esconderse detrás de Ryunosuke, que pasó por ahí en el momento justo.

  -¿Atsushi?

  -¡Dazai-san quiere que me alimente con su sangre otra vez!

  -Oh, Akutagawa-kun, cómo me alegro de verte. Dime, ¿crees que tienes el valor necesario como para pegarme un buen muerdo?

  -D-Dazai-san...

  -¡No! ¡Akutagawa, no caigas otra vez en sus encantos suicidas!

  -¿Alguien ha dicho encanto? -Dijo Nakahara haciendo una aparición estelar cayendo de la lámpara de araña del techo.

  -¿Alguien ha dicho suicida? -Habló casi al instante Doppo entrando por una gran puerta.

  -¡Chuuya! ¡Kunikida-kun! ¿Habéis venido a beber mi sangre?

  -¿Quién querría beber ese líquido asqueroso que tienes en el cuerpo? -Preguntó Chuuya-. Antes me caso con el rubio de bote.

  -¿Eh? ¿A quién llamas rubio de bote? Tu pelirrojo sí que es más artificial que la mecha del mocoso.

  -¿Disculpa? Todo lo que puedes ver en este cuerpito es natural.

  -Dices cuerpito porque eres un enano, ¿no?

  -Puede que no sea muy alto.

  -No, desde luego que no lo eres.

  -¡Cállate, Dazai! Lo que iba diciendo, que doy unas patadas dignas de los dos metros de altura.

  -Normal, llevas tacones.

  -¡Nadie te ha dado vela en este entierro, Dazai! -Exclamaron ambos vampiros a la vez.

  -Entonces, lo de chuparme la sangre... -Kunikida y Chuuya lo fulminaron con la mirada-. Lo capto. Oye, Akutagawa-kun... ¿Eh? ¿Dónde están Akutagawa-kun y Atsushi-kun?

Osamu miró a su alrededor y, al encontrarse solo junto a Doppo y Nakahara -y comprendiendo que ellos estaban demasiado ocupados discutiendo como para prestarle algo de atención-, llegó a la conclusión de que ir a seducir a Mori sería la mejor forma de pasar el rato. Ougai se encontraba en una salita, de espaldas a una mesita, y bebiendo sangre en una elegante taza de porcelana.

  -Hola, Mori-san.

  -¿Qué haces tumbado encima de la mesa, Dazai-kun?

  -Estoy intentando seducir... ¡Ay!

La mesita se rompió y Osamu cayó al suelo.

  -¿Estás bien?

  -Sí... Lamentablemente, un golpe así no me matará.

  -Estás sangrando.

  -¿Y te seduce?

  -Dazai-kun, ya sabes que a mí me gustan más jóvenes.

  -Es cierto, que no eres más que un sexy lolicon de cuarta...

  -Haré como que no he oído eso.

Entonces, un ladrillo golpeó la cabeza de Dazai. Un ladrillo de gominola, por supuesto.

  -¿Ranpo-san?

  -¡Yo tendría que haber sido el protagonista! ¡El jefe siempre dice que soy adorable! ¡Y todos quieren beber mi sangre! ¡¿Por qué tienes que ser tu el personaje principal?!

  -Ranpo-san, entiendo que estás en una fase difícil. Tienes las hormonas revolucionadas y... ¡Deja de lanzarme golosinas duras!

  -No quiero. ¡Aún estás muy lejos de mi nivel de deducción!

  -¿Y eso a qué viene?

  -A nada, solo quería recordártelo.

  -¿Hacemos como que esto nunca pasó?

  -Me parece perfecto.

Osamu se marchó dejando escapar un suspiro. ¿Dónde encontraría a alguien que quisiera alimentarse con su sangre y, ya de paso, dejarlo seco y acabar con su suicida existencia? Se tocó la cabeza. Era cierto lo que Mori había dicho, estaba sangrando. Entonces, una mano agarró su muñeca y lamió los dedos manchados de rojo.

  -¿Odasaku?

  -Qué delicia.

  -¿Odasaku? ¿De verdad eres tú?

  -¿Quién si no? -Interrogó Sakunosuke lamiendo también la sangre de su cabeza.

  -Creía que estabas lo muerto.

  -De hecho, lo estoy. Es decir, soy un vampiro, ya sabes.

  -Oh, es cierto. Y dime, ¿te gustaría chuparme la sangre y acabar con mi vida?

  -Es que si hago eso, a lo mejor te convierto en vampiro y... como que no te quiero como mi compañero inmortal.

  -Eso es un golpe muy bajo viniendo de alguien que está muerto, Odasaku.

  -Al menos, yo morí con éxito.

  -Eso sigue siendo un golpe bajo.

  -Qué le vamos a hacer.

Oda y Dazai continuaron sus respectivos caminos. No obstante, el mayor retrocedió, le retiró la venda del cuello a Osamu y lo mordió. Y entre los suaves y placenteros supiros del suicida, todavía se escuchaban los gritos de Chuuya y Kunikida.

Y si BUNGOU STRAY DOGS sucediera en...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora