Gabriela por otra parte se sentía enojada con Johan y Paul, a pesar de haberse conocido relativamente poco sentía una gran cercanía por esos dos. Ella era la exlíder de un grupo de 4 personas, se destacaba por su carácter y seguridad al tomar decisiones, el problema fue cuando una de esas moles de 4 metros apareció junto a una horda gigante. Hubieran muerto todos si no fuese por Johan y Paul. Ahora entendía como Johan mató a una de esas bestias especiales él sólo mientras Paul se la llevaba a salvo. Hasta hoy en día se culpaba de la muerte de su grupo, si no hubiese dicho que fueran a buscar comida probablemente todos estarían vivos ahora. Ensimismada en sus pensamientos no se percató que Paul entró a su habitación.
- Esto... Vengo a disculparme -Dijo Paul esperando no sonar muy tonto-.
- Tranquilo ya me calmé un poco, no entiendo bien la razón de que no me contasen sobre las pastillas, pero... -Gabriela iba a continuar, pero Paul la interrumpió-.
- Fue decisión de Johan, dijo que si te contábamos ibas a querer probar una en alguna situación de riesgo. Me hizo prometer que tú y Natalie eran prioridad máxima y que, aunque el estuviese siendo torturado, jamás dejara que a ustedes les pase algo.
- Eso explica mucho la verdad, Johan siempre se trata de hacer el héroe ¿eh? -Dijo Gabriela en tono juguetón
- Siempre -Se rio Paul-. Desde que escapamos del laboratorio ha sido así.
- Hablando de eso, me parece irracional la forma en la que empezó la epidemia. Si pudieron controlar a un gigante perfectamente podían matar a un científico infectado.
- Si lo pones así tienes razón, pero no le demos tanta vuelta el tema, ahora debemos sobrevivir.
- Si, debemos.Paul y Gabriela siguieron conversando banalidades un buen rato, luego Paul se fue feliz a su habitación, feliz por haber arreglado la situación y por tener una amiga tan buena como Gabriela. Días después Johan empezó a acudir al gimnasio del refugio, había escuchado que era una buena forma de calmar el estrés además tenía la teoría de que quizás así su cuerpo se acostumbre a la sobre-exigencia y podría durar más en el estado de zombi. El médico le había prohibido a Johan cualquier tipo de ejercicio, pero él ya estaba aburrido de estar tirado en cama mientras se sentía bien. Desde el último incidente no había vuelto a escuchar la voz. Mientras se ejercitaba, entró Paul muy alterado.
- Lukas y su grupo no ha vuelto -dijo Paul-.
- ¿Qué? Se fueron hace más de 3 horas -Dijo extrañado Johan-.
- Lo sé, tenemos que ir a buscarlos.
- Dile a Gabriela y a Natalie que se alisten, no confío en nadie más -dijo con un tono autoritario-.
- Vale, nos reunimos en la salida en 30 minutos.
- Nos vemos.Johan dejó la máquina que estaba utilizando y se dirigió a donde guardaban las armas, tras pensárselo un poco se decidió por una Colt Anaconda, su potencia le ayudaría por si había algún zombi de clase especial. Luego se dirigió a su habitación por su katana, ésta se la había dado su padre como regalo por haber cumplido quince años estudiando Kendo, luego tomó el frasco de pastillas, estaba un poco asustado de usarlas, pero por salvar a sus amigos daría todo, sin pensárselo más salió de su habitación y se dirigió a la salida del refugio.
Llegó un poco antes y solo estaba lista Gabriela, llevaba sus dos Sig-Sauer P-226 y su correa con cargadores. Johan nunca entendió como esa chica podía disparar dos armas al mismo tiempo, el con suerte podía con una y a muy corta distancia. Luego llegaron Paul y Natalie, Paul llevaba una beretta y un bate de metal, a Natalie le gustaban las escopetas, eran muy efectivas y no se preocupaba mucho por recargar ya que Johan siempre le hacía espacio y en caso que necesitase disparar rápido andaba con una Glock guardada. Ya listos se dirigieron a buscar a Lukas y a su equipo. Lukas era el jefe del refugio y había ido a un edificio a buscar unos paquetes con municiones solo que no habían vuelto todavía. Justo antes de salir Paul tomó del brazo a Johan y Gabriela habló.
- Johan, si las cosas se ponen feas por favor no uses las pastillas.
- Lo siento, pero no les puedo prometer eso, las usaré solo en caso de extrema emergencia ¿Ok? -dijo Johan
- ¿Todos listos? Tenemos un jefe al que salvar -Dijo Paul-.
- Todos listos -dijeron al unísono-.Justo antes de salir Johan empezó a escuchar la voz de nuevo, ésta le decía que se tomase las pastillas y dejase su poder fluir, que se sentiría muy bien, necesitó apoyarse en la pared. Fingió que no había pasado nada para no preocupar a sus amigos y volvió con ellos, sabía que no debía consumir esa sustancia, de todos modos, estaba ligeramente ansioso por probar que se sentiría utilizar las pastillas de nuevo, sacudió la cabeza ante la idea y avanzó con sus amigos.

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AcciónJohan es un chico normal al que lo sometieron a situaciones límite, deberá luchar por sobrevivir y para mantener vivos a sus amigos.