0%

110% (III)

Johan al despertar no sabía dónde estaba, era una especie de corredor donde las paredes y el techo eran de cemento, este era alumbrado por unas ampolletas instaladas en el techo. El piso tenía charcos de sangre putrefacta de zombis, y las paredes estaban manchadas de sangre posiblemente humana, Johan no entendía absolutamente nada, pero apenas escucho una voz susurrarle sintió un escalofrío recorrerle por la espalda, lo único que alcanzó a apreciar fueron las palabras "ven aquí humano". Aterrado se paró y empezó a caminar, no contaba ni con su katana ni con las pastillas, si encontraba cualquier clase de zombi sabía que estaría en serios problemas, pero era mejor que estar tirado en el piso.

Mientras caminaba la voz se volvía cada vez más clara y fuerte, Johan sentía que se estaba volviendo cada vez más loco por cada minuto que pasaba. De repente la voz se calló y no la escucho más hasta que se encontró con una celda, sin entender nada se acercó para ver si había algo y los vio, dos iris rojos de un color tan fuerte como la sangre, la primera reacción de Johan fue saltar para atrás y gritar, por otra parte, la criatura de ojos rojos solo se fue acercando cada vez más a la celda. Cuando estaba prácticamente pegada a la celda Johan se dio cuenta de algo muy importante, era exactamente la misma figura que el adquiría cuando consumía la pastilla, sin entender absolutamente nada se quedó petrificado mirando esos ojos que transmitían una sed de sangre infra-humana.

- Yo soy tú -dijo la figura detrás de la celda-. Y apenas pierdas el control de ti mismo tomare tu cuerpo y lo haré mío.

Tras esas palabras Johan despertó sudando frio, seguía en la habitación de enfermería. Se levantó un poco y se tomó el vaso de agua que estaba en la mesa junto a la cama, solo fue un sueño se repitió incontables veces, pero había algo muy real de la escena que acaba de vivir. Se paró de la cama y se dirigió a la puerta, necesitaba tomar un poco de aire. Antes de que llegase a la puerta entró Natalie, la novia de Johan, para ver si este se encontraba bien.

- ¿Pero tú que haces parado? -le gritó más que le preguntó-. Más encima estas pálido, el médico dijo que debías descansar.

Johan dejó de escuchar sus reclamos, eran opacados por esa voz que le susurraba "Tómate la pastilla, siente esa energía recorrer por tu cuerpo", no aguantó y necesitó sentarse de nuevo en la cama, le pidió un vaso de agua entre susurros a Natalie y esta salió corriendo para traérselo, mientras ella no estaba volvió a escuchar a esa voz que le decía "Te sentirás mucho mejor, ya no pensaras más en Tanya y podrás estar en paz".

Johan corrió al baño de la habitación, se lavó repetidas veces la cara, pero al momento de verse al espejo, en vez de su cara vio su apariencia de zombi. Esta imagen se desvaneció en un parpadeo de sus ojos, pero se quedó grabada en su cabeza. Al volver a la cama encontró a Natalie con un vaso en la mano y una aspirina.

- Tómatela, te sentirás mucho mejor -dijo la pelirroja preocupada-.
- Solo el vaso linda, estoy harto de pastillas.

Luego de beber el vaso Natalie le preguntó que le había pasado, Johan no se guardó nada y le contó todo a Natalie, sabía que ella lo entendería, por algo eran novios. Natalie escuchó cada relato de Johan atentamente y no lo interrumpió hasta el final. Johan apreciaba ese rasgo de ella, que era capaz de escuchar con toda la atención del mundo, cuando terminó Natalie lo miró con unos ojos que reflejaban amor y ternura.

- No creo que te estés volviendo loco, lindo -Ella sabía que la mayor preocupación de él era esa-. Lo que yo creo es que al consumir esa pastilla se fue creando una versión zombi de ti en tu interior. Por eso la celda, sigue encerrado.
- ¿Y tú crees que pueda salir de esa celda? Ya oíste como me amenazó en que tomaría el control.
- La celda no es algo físico, tonto. Representa la barrera que tú le pones a esa versión de ti.

Johan empezó a entender la lógica de Natalie, antesde la epidemia vio una serie donde el personaje principal tenía un demonio dentro de él. Su mayor preocupación era que este zombi tomase el control de él y le hiciese daño a alguno de sus seres queridos. Natalie al ver que Johan estaba ensimismado en sus pensamientos decidió interrumpirlo.

- Lindo, no me pasará nada ¿Ok? -dijo mirándolo a los ojos y lo besó-. Ahora descansa, sigues un poco pálido.
- Bueno, pero duerme conmigo, no quiero tener más pesadillas.

Natalie se acostó junto a él, Johan se sentía miles de veces más tranquilo con ella al lado. Juró que no dejaría que nada le pasase y se durmió.