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Repartimos los cartuchos de manera que nadie se quedara sin balas y que alcanzara para todos.

Salimos de la casa y comenzamos a caminar por la calle, Jack me toma la mano, pero por alguna razón me siento incómoda y la aparto llevándomela al hombro, pero es verdad que él no se da por vencido, me rodea los hombros con su brazo para alcanzar y me sonríe cuando lo veo por el rabillo del ojo.

–Jack no –susurro–

–Que mas da?, te quiero, es lo único que importa

Bajo la mano de nuevo y él no tarda nada en entrelazar sus dedos con los míos, me suelto el cabello con la mano libre y oculto la cara para no ver las expresiones de los demás, que han empezado con murmullos y carrillas.

–Que vamos a hacer? –inquiere Hiccup–

Y es una buena pregunta, por el momento sabemos que la bomba está en Los Ángeles y que debemos llegar rápido, se que tenemos pocas balas y que nos tienen bien ubicados, así que debemos hacer un buen plan.

–Antes que nada tenemos que  conseguir un auto

–Que tal éste? –Kida se recarga en una camioneta negra, bastante grande y larga a decir verdad, pero al parecer es último modelo, es como el hummer que teniamos–

–Y si pedimos una nueva camioneta al FBI, solo hay que llamar a la base –sugiere Heather, pero Meg rechaza su propuesta –

–Si llamamos a la base sera Salas quien conteste y entonces nos va a cargar la tristeza

–No me gusta la idea de robar –agrega Anna–

–A mi tampoco, pero estamos hablando de millones de vidas

–Bien creo que aquí viene la dueña –Meg saca su placa del. FBI y se la muestra a la señora que abre la puerta de la camioneta –FBI, le pido que me entregue las llaves

–Ah hay algún problema?–pregunta la señora mirándonos a cada uno como si nos examinara–

–Eso es confidencial Señora, por favor, las llaves

–Me devolverán mi camioneta?–pregunta la Señora entregándole las llaves a Meg–

–Dele su nombre, número y domicilio a la Señorita por favor –responde Meg señalando a Rapunzel– se le enviara una nueva

Después de recibir los datos de la señora, Rapunzel le dirije una sonrisa amable y dice.

–Hay algo que desee sacar de la camioneta?

–Ah no gracias, que suerte que saque todo esta mañana

Entonces el instinto me obliga a bajar la cabeza y una bala me pasa por encima, Anna se vuelve con la pistola en alto y dispara dos veces.

–No hay tiempo! Suban al auto! Salga de aquí señora –grita Anna–

Jack me toma la muñeca y me jala hacia la camioneta, entonces veo que todos suben corriendo y algunos disparan, los civiles asustados por la balacera y de pronto siento la sensación de que alguien nos falta, busco con la mirada y entonces la veo tirada en el suelo: Kida!, un charco de sangre se extiende debajo de ella y le cuesta mucho respirar.

–Kidaa!!–grito–

–Elsa ve-te!!

–No te voy a dejar!

La balacera forma una especie de muro entre nosotras, si voy por ella es probable que muera, pero si no voy es seguro que ella morirá, y prefiero morir mil veces a dejar morir a alguien de mi familia, por que Kida no es tan solo mi amiga, al igual que Meg es como mi hermana.

TU, YO Y UNAS CUANTAS BALAS EN MEDIO... (jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora