7. Contagio

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Aquella noche las paredes del hospital parecían más oscuras que de costumbre. Sof atravesó la puerta del laboratorio como cada jornada, pero aquella vez tenía un propósito en mente.

- ¿Vienes a traerme la cena?

Sof sonrió. Su compañera estaba allí, como siempre. Le dió algo de seguridad saber que en su vida nada había cambiado. Se sentó en el taburete que la hacía quedar hacia la mesa central.

- ¿Qué me das a cambio?

- Tengo tu etanol. Lo han traído esta mañana.

- Aquí la tienes, Less.

- Muchas gracias. No sabes el hambre que tengo.

Less se levantó de su silla dejando el boli que llevaba en la mano encima de los papeles. Se quitó la coleta que dejó caer su recta melena cortada por encima de los hombros. A Sof siempre le había encantado ese tono entre castaño y rubio que lucía.

- Voy a analizar esta muestra de sangre.

- ¿Es tuya? Sabes que es un crimen analizar la sangre de otra persona, para eso están los ordenadores nuevos. - dijo Less sacando la cabeza del bocadillo. Habló con la boca llena.

- Esta sangre es especial. Cuando la introduje en el ordenador, me salió una pantalla de emergencia.

- ¿Qué? - Soltó el bocadillo y se acercó.- ¿Qué emergencia?

- Contagio.

Less se quedó de piedra. Nunca había escuchado algo como eso.

- ¿Qué significa eso?

- No lo sé. Según los análisis no había ninguna anomalía. Está perfecta. Déjame ver qué hay tras esta muestra.- Sof sonrió. Less la miró un poco preocupada.

- ¿Por qué se hicieron las Pruebas de Control? - Sof cambió de cara. Bajó la cabeza y cerró los ojos.

- Hmm... El porqué, dices...

- Ni siquiera os lo han dicho. - La volvió a mirar. - ¿Estamos haciendo lo correcto, Sof?

- No tengo ni idea.

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- Lo siento. Nadie puede pasar por aquí hasta que sepamos qué ha pasado.

Era la segunda vez que le rechazaban el paso. Lys estaba a punto de explotar. Cogió al soldado del cuello de la camisa, amenazándolo, aunque había que reconocer que aquel profesor no daba miedo.

- Mira chico, me han dicho que ese disparo ha llegado hasta un alumno mío. No puedo quedarme de brazos cruzados.

- Lo-lo siento, señor. Me han da-dado órdenes y-

- Dónde coño está Ethan.

Un chico castaño que avanzaba furioso por el pasillo les interrumpió. Le seguía un chico de pelo negro azulado. ¿Hablaban de Ethan?

- ¿¡Dónde está Ethan!? ¡Salió al baño hace una hora y no ha vuelto todavía! ¡Déjame pasar!

- Dan, tranquilízate.

- ¿Que me tranquilice? ¡Ethan ha desaparecido, Luk! ¡Ha habido un disparo! - Los ojos de Dan estaban llenándose de lágrimas. Luk mantenía su expresión seria y se dirigió a Lys.

- Profesor Ciacci, siento el comportamiento de Dan pero hace una hora Ethan fue al baño y no sabemos nada de él. Ah, y Dan empezará a dar puñetazos a quien haga falta para encontrarle. Sólo le informo, no tengo intención de pararle.

- Lo ha oído, ¿verdad? Estos chicos lo tienen muy claro y no tienen miedo.

- Lo siento. S-solo sigo órdenes.

Dan levantó el puño. Estaba realmente a punto de darle a ese tío en la cara por poder buscar a Ethan.

- ¡No!

Algo le cogió del brazo. Un pelo negro azulado. ¿Luk? Imposible. Quería ver a Ethan bien tanto como él. Entonces la vió. Eria.

- ¿Estáis locos? ¡Creía que os había pasado algo grave cuando escuché que era vuestra clase!

- Lo siento, Eria. No quiere dejarnos pasar y Ethan...

- Pasad. Ya he oído suficiente. - El soldado se apartó de la entrada al pasillo que da a los baños.

- Gracias chico. Es bueno saber que queda gente buena en el ejército.

Sin perder ni un segundo, Lys y sus alumnos corrieron por el largo pasillo blanco. Al final de él, soldados y gente importante de Rave se arremolinaban en la puerta de los baños.

'Oh no'.

Eria se giró. Dan se había parado. Su cara mostraba horror mientras las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas.

'No.'

Siguieron adelante. Tenían que ver qué pasaba. Quién había muerto. Luk la sujetó del brazo y Eria se sorprendió.

'No puede ser.'

Las personas del baño empezaron a salir. Muchos de ellos llevaban grabadoras y hablaban sobre lo que habían visto allá dentro. Sólo quedó un soldado vigilando la puerta. Lys se echó contra él, dejando que Eria y Luk pasaran por su lado para llegar al baño.

Lo único que puedieron hacer ante aquella escena fue quedarse boquiabiertos. La chaqueta azul característica de la Unidad estaba colgando de uno de los inodoros que tenía la puerta de la cabina abierta. Había sangre chorreando por la pared de azulejos blancos hasta llegar al suelo.

- ¿Qué... es esto?

Entonces lo vieron. Casi enfrente de los retretes, un cuerpo yacía sobre un charco de sangre. La camiseta de éste había pasado de blanco a rojo. Por lo visto, el disparo que oyeron no había sido la causa de aquel revuelo. El espejo estaba roto por la bala que lo atravesó. Al lado de la cabeza rubia del chico se encontraba un cuchillo como los que usaban en las pruebas, lleno del mismo líquido rojo viscoso que resaltaba en toda la habitación.

Eria miró a su hermano. No tenía expresión en la cara, simplemente su rostro estaba pálido. Se tapó la cara con las manos. No podía ver eso más.

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- ¿Pero qué está haciendo? ¿No es usted un profesor? ¡Deje de hacer gilipolleces!

Lys seguía forcejeando con el soldado para que Luk y Eria pudiesen pasar, aunque se habían quedado en la entrada ya un rato. Quería soltarlo e ir con ellos. Quería despejar su confusión de una vez.

Un hombre con una grabadora pasó por su lado mientras hablaba. Le prestó atención por si se enteraba de algo.

- Sí, hora de la muerte, 12:37. Arma blanca. Parece que lo robaron de una de las aulas. Nombre del fallecido, Ethan Bouffard, código 1981F.

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Y otro más. Creo que sólo sé escribir tragedias. ¿Qué tal? Pobre Ethan. Y me caía bien, eh. Bueno, esto va a ser importante después, ya veréis.

Espero que os haya gustado :3

Noe~

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