- Te veo luego.
Levantó la mano, despidiéndose del castaño. Se dirigió hacia la blanca casa del 41, donde vivía la chica a la que iba a recoger.
- ¡Naaaaao!
- ¿Eh?
El pelirrojo se giró y entrecerró sus ojos ya un poco rasgados por sus raíces orientales. Un cúmulo de colores apareció saludándolo y de inmediato supo quién era. Silke había cambiado de gafas y llevaba una cinta de raso roja envolviéndole la muñeca y parte de la mano, llegando a los dedos.
- Te preguntaría por el cambio de look, pero puede que mañana te lo cambies.
- Jajá. Qué gracioso. - dijo Silke. Tenía toda la razón.
- ¿Vas a casa de Eria?
- Sep. ¿De dónde venías?
- Tenía que ver a alguien antes.
- Interesante. - Silke lo miró riéndose. - Espera, ¿cuánto tiempo llevabas ahí?
- Una media hora.
- ¿Pero tú a que hora te levantas?
- Vaya, ya hemos llegado.
Llamaron al timbre y esperaron. Una voz les gritó desde la ventana de arriba. Eria aún despeinada y por vestir sacaba la cabeza.
- Pasad y sentaros. Mi madre no está.
- ¿Tienes abierto?
- Sí. Es para que entréis sin tener que bajar a abrir.
- Tú lo que quieres es que te roben.
La cabeza desapareció, cerrando la ventana. Naoki y Silke entraron y se sentaron en el sofá. La manta con la que Idona tapó a Eria el día anterior seguía en la misma posición. Naoki suspiró.
- ¿Qué te pasa?
- Ay, tú no sabes lo que pasó ayer.
- ¿Pasó algo?
Mientras abajo hablaban, Eria se cambiaba en su habitación. Chaqueta azul, pantalón negro. Siempre igual. Todos los días la misma rutina. Estaba empezando a cansarse, pero no le quedaba otro remedio. Se subió la cremallera y bajó.
______________
Entraron a clase después de sonara la alarma. Como cada día, Lysande Ciacci entraba y comprobaba la asistencia. En la Unidad de Contraataque aquello era lo más importante del día. Se hacían dos chequeos durante la jornada. Una falta significaba una hora de castigo y dos, búsqueda. Las normas en aquel lugar no eran una broma.
Tras la inspección matutina, dos soldados irrumpieron en el aula. Lysande se puso nervioso al verles, algo no iba bien.
- ¿El profesor Ciacci?
- Sí, soy yo. ¿Qué es tan urgente como para iterrumpir mi clase?
- Tenemos que hablar con usted, órdenes de los superiores de Rave.
Definitivamente, algo no marchaba como debía. Sacó a los soldados de la habitación y miró en el pasillo. Dos alumnos de años superiores lo recorrían. Le venía al pelo.
- Eh, Dan, Ethan, os voy a pedir un favor. ¿Estáis en medio de algo?
- No, hemos acabado el entrenamiento. ¿Necesitas ayuda, Lys?
- Bueno, un poco. Buscad una sala vacía y llevaros a mi clase. Tengo para rato.
Lysande se llevó a los dos hombres a su despacho. Los chicos se miraron.
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Rave.
Fiction généraleTras años de colapso y guerra, la humanidad ha logrado mantener una situación de estabilidad aunque las pérdidas a lo largo de estos han sido más de lo que podían soportar. Rave ha sido creado para entrenar jóvenes escogidos que sean capaces de luch...