5. Una rosa inconveniente

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Hugo bajaba por el ascensor. Minutos atrás recibió un mensaje de Mica, en el cual le decía que ya lo esperaba afuera para emprender camino al instituto. El chico salió y saludó a su amigo.

      —¿Y Cat? —preguntó.

      —No la dejaron salir sola por lo de anoche, al parecer los padres están demasiado preocupados —le respondió Mica —. Supuestamente pasaron toda la noche llamando a mi madre.

      —¿Entonces no asistirá a clase?

      —Sí, ellos la llevaran en auto.

      —Creo que nos hemos metido en un lío... —dijo bajando el tono de voz.

      Los chicos emprendieron el camino al liceo. Al llegar a la parada de bus Mica observó la cartelera de noticias, notando que había más artículos sobre personas desaparecidas.

      —Qué raro todo esto de las desapariciones ¿No?  —le preguntó, rompiendo su concentración.

      —Lo más raro de todo es que ni siquiera encuentran los cadáveres... si es que están muertos —dijo él —. Pareciera que hubieran desaparecido de la faz de la tierra.

      —Quizás están todos encerrados en un taller mecánico con un encargado loco... así como en El Ciempiés Humano parte dos... —Mica lo observó luego de que terminó su comentario, lo peor es que parecía que hablaba enserio.

      —No nombres esa película, me da escalofríos solo pensarlo —comentó finalmente, volviendo su mirada de nuevo a la cartelera.

      —O... quizás hayan sido raptados por extraterres...

      —Ya deja de inventar Hugo... —exclamó Mica con un tono de reclamo mientras seguía viendo los carteles. Había uno que le inquietaba, en la foto aparecía un muchacho de aproximadamente diecisiete años de edad, rubio, ojos azules, le parecía conocido, aunque juraba no haberlo visto antes.

      —James Howart, estudia 5to año en nuestro liceo —le dijo Hugo como si supiera lo que estaba pensando –... Era un buscapleitos, nos peleamos mucho hace años.

      —Qué le habrá sucedido...

      —Pues... ¡Extraterreeeestreeees! —exclamó Hugo con un tono raro y un movimiento de dedos, similar a cuando alguien cuenta historias de fantasmas.

      El bus llegó y los chicos lo abordaron. Tardaron aproximadamente veinte minutos en llegar a la parada más cercana al instituto.

      —Uff, hoy toca Química... —dijo Mica con pesar.

      —Sí, te dormirás como siempre y tendré que darte los apuntes de nuevo... —le respondió Hugo entre risas.

      —Como me conoces...

Ambos rompieron en carcajadas.

      Entraron al salón, Cat ya estaba sentada en su puesto, los chicos se acercaron a ella. Estaba decaída, observaba fijamente el pupitre ignorando todo a su alrededor, eso no era normal en ella.

      —Hey Cat  —saludaron los chicos.

      —Hey... —se tardó en responder ella, con un tono desanimado.

      —¿Qué tal estas? —le pregunto Mica.

      —Preocupada...

      —¿Por el problema en que nos metimos anoche?  —dijo Hugo.

La Balada de Omega: Primeros AcordesWhere stories live. Discover now