La Balada de Omega: Primeros Acordes

21. Reencuentro y tragedias

"Seguramente así se siente una persona caminando por el pasillo que lo lleva a la silla eléctrica..." pensó Sara mientras avanzaba hacia el par de rejas que hacían de puerta para el complejo de galpones abandonados "No debería pensar así, al menos tengo oportunidad de defenderme... puedo luchar..." volvió la mirada hacia su fiel amiga, tenía tan poco tiempo conociéndola que le impresionaba que se hubiera ganado ese título. Antes de ir a dar la cara en lo que sería el enfrentamiento final ante Master Queen, su amiga había insistido en acompañarla, no importó que le dijera que no más de una decena de veces "Podrías morir..." le decía, y ella respondía tercamente "Cuando me conociste me pediste lealtad y yo te prometí que te seguiría hasta el fin. Además, hay más posibilidades de que pierdas si no estoy yo junto a ti" decía con un tono de voz que rezumaba confianza. "Gracias por insistir tanto en acompañarme" pensó, mientras la veía con una sonrisa sincera en la cara que le devolvió la chica cuando se dio cuenta; era extraño que sonriera, a la vida no le apetecía regalarle momentos felices, pero no podía evitar hacerlo al ver el rostro de la que al fin podía considerar su amiga... su primera verdadera amiga. Sus ojos se comenzaron a aguar, tenía ganas de llorar, un montón de sentimientos le recorrían la cabeza pero se controló, debía mantenerse firme para ella misma y para su compañera. No pudo evitar pensar en Mica, no había nada que lamentara más que meter a Mica en ese asunto, no estaba segura que tal era su vida antes de conocerlo, pero de seguro ahora sería completamente distinta y no para mejor pues por su culpa su mejor amiga había sido capturada y su mejor amigo asesinado... "Tengo que vencerla... Ha hecho tantas cosas malas... tengo que hacerla pagar" se decidió mientras apretaba fuertemente sus puños. Llegó a la puerta, María se apresuró a abrirla para que ella pasara y luego seguirla, respiró profundo y siguió avanzando. "Si pierdes, no te preocupes, yo me encargare de MQ luego" le había dicho Adam en el trayecto hacia allí, no funcionó muy bien como mensaje de ánimo, si es que ese era su objetivo, aunque seguro solamente quería eso... que supiera que Master Queen pagaría por todos su pecados aunque no fuera ella la que se los hiciese pagar. La conversación con su Angelino antes de partir tampoco había servido de mucho "Existen grandes posibilidades de obtener la victoria... aunque no te confíes, estoy seguro que tu oponente sabrá aprovechar hasta el más mínimo error".

No tardaron mucho caminando hasta que la chica pelirroja apareció enfrente de ellos.

—Conque vienes a luchar ¿eh? —le dijo con esa sonrisa macabra que al parecer siempre tenía en su rostro —. De verdad llegué a pensar que te tendría que seguir cazando cual perro hasta poder eliminarte.

—Me cansé de que escaparas cada vez que te enfrentabas conmigo —respondió, aunque sabía que no era del todo cierto, en casi todos los enfrentamientos ella era la que se había salvado por ayuda de alguien más, pero solo tomaba en cuenta el último.

—¡Te ganaremos MQ! —exclamó María emocionada, parecía que solo se lo tomara como un juego, pero Sara sabía que no era así... al menos no del todo.

—¿Dónde están tus demás amiguitos? —le preguntó Rosa divertida —¡Ah! ¡Cierto!, te los fuí matando uno a uno —hizo un gesto fingiendo que estaba apenada y luego estallo en carcajadas. Sara presionó sus puños, tratando de controlar la ira y la amargura, tenía que estar concentrada.

—Vas a pagar por todo lo que hiciste —le dijo María, ya más seria.

—¡Oh! ¿Es que planean hacerme pagar por llevarme por el frente a todos esos desaparecidos también? —se volvió a reír, pero esta vez mas disimuladamente, tapándose la boca en un gesto de delicadeza —. Deben admitir que les hice un favor, ahora todos sus rostros aparecen en cada una de las carteleras y postes de toda la ciudad.

—Tu... ¿Tu eres la culpable de las desapariciones? —preguntó la chica, incrédula.

—Si —respondió Rosa —. ¿En algún momento lo dudaste?