Capitulo Uno

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Cualquiera que haya amado tiene una cicatriz.

-Alfred de Musset.

Eddy estaba sobre el lavamanos del baño de hombres, siendo sujetado por dos chicos, obviamente en contra de su voluntad. Intentaba torpemente quitárselos de encima para salir huyendo de ahí lo más rápido posible. Sabía que algo no muy bueno iba a pasarle, sabía que algo así les pasaba a quienes no cumplían sus deudas con ella. Un ruido filoso comenzó a recorrer por la pared que daba hacia las duchas. 

- así que, te crees muy listo ¿no Eddy?- le dijo en un tono sarcástico, terminando de salir de la pared.  Llevaba su pequeña navaja negra en la mano, y jugaba con ella. Eso lo atemorizo aún más.

- N..no, e..e..es que todavía no junto el dinero, p..pero te juro que te pagare lo juro  gi.. – Ella coloco la navaja sobre su boca como lo hubiera hecho cualquier persona en un acto de conseguir silencio. Deslizo su navaja desde los labios del pálido muchacho hasta su garganta, y la detuvo ahí haciendo un poco de presión y luego rio por el llanto que comenzó a salir de él.

-Oh yo sé que lo harás pequeño Eddy, no tengo duda de eso. Solo no me hagas esperar demasiado, no soy muy paciente que digamos y no quieres hacerme enojar ¿oh si? – tomo con su mano derecha su mentón y retiro la navaja de él, haciendo que la mirara directo a los ojos. El solo negó con la cabeza y apuñaba continuamente los ojos intentando dejar de llorar.- no me ocupo de esto en persona, y odio tener que hacerlo, pero tú eres un caso especial. Me debes mucho dinero y ya lo quiero devuelta, así que, pon ese lindo trasero a trabajar y tráemelo pronto – le deposito un pequeño beso en la mejilla y sonrió maliciosamente. Eddy volvió a asentir y se paró de prisa del lavabo pasándose nerviosamente las manos por donde había sentido el filo de la navaja.

- Lo hare, l..lo p..p..prometo, lo hare pronto. – Dijo caminando hacia la salida con un alto nivel de nerviosismo. Cuando ya estuvo por abrir la puerta y salir de una vez por todas de ahí ella le hablo.

- Y Eddy, sabes que esto nunca paso, y que tu no me has visto ¿entiendes? – el asintió rápidamente e intento una pequeña sonrisa.

- Claro Giselle, yo ni te conozco. – y salió de ahí como alma que lleva el diablo hacia su casillero, corriendo por el pasillo y chocando de vez en cuando con algunos estudiantes que ya estaban fuera de sus clases y dirigiéndose a las siguientes.

Recargo sus brazos contra el locker y respiro hondo varias veces intentando tranquilizarse. Su mente trabajaba a toda velocidad intentando tener una idea de donde podría sacar el dinero, tenía que pagarle, y tenía que hacerlo rápido, o no sabía que le podría pasar. En eso se sobresaltó cuando sintió la mano de alguien tocándole el hombro.

-¡Ahí tranquilo hombre que no voy a matarte! – le dijo su amigo riendo por la manera en la que había reaccionado.

-Por dios ¡no vuelvas hacer eso! Casi me matas de un susto. – contesto respirando hondo otra vez.

-Parece como si hubieras visto un fantasma Eddy, estas pálido. ¿Te encuentras bien? – dijo un tono preocupado y más serio, mirándolo fijamente como si así su amigo le contestara con la verdad.

-Estoy bien no te preocupes, solo ando un poco estresado. – Se pasó las manos nerviosamente por el cabello, y entonces como si un foco se hubiera encendido miro a su amigo con esperanza – oye, tú me dijiste que si necesitaba un favor, te lo pidiera ¿no? –

-Claro, para eso somos amigos. Vamos dime cuanto necesitas – le dijo con una media sonrisa de compresión.

- ¿Cómo sabes que voy a pedirte dinero?- le dijo confundido.

-Porque ya  no tienes trabajo y sé que sigues usando esa mierda Eddy, vamos. Dime cuanto debes, yo te ayudare con lo que pueda.-

Eddy se sintió culpable con lo que le había dicho su amigo, pero agradeció que siempre estuviera ahí para él. Desde que su padre había muerto él siempre lo apoyaba y lo ayudaba en todo, incluso lo defendía todo el tiempo que alguien intentaba meterse con él. Ojala hubiera estado con él en el baño cuando ella lo encontró.

-¿alguna vez te he dicho que eres el hermano que siempre quise que mama adoptara?- le dijo divertido jugando a golpearlo en el brazo, sabía que él lo apoyaba y eso lo apreciaba mucho.

-Siempre que te emborrachas y sale tu lado gay me lo dices. – le contesto divertido poniendo los brazos duros, fingiendo dolor con los golpes de Eddy.

-Lo digo enserio Michael, no sé qué haría sin ti –

-Probablemente ya serias gay y tuvieras una linda pareja. – le dijo jugando quitándole su gorro y corriendo a su siguiente clase con él, y Eddy detrás de él intentando recuperarlo. 

Momentos InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora