Capítulo 8.1

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YAMI

¿Que si cuestiono la existencia de Dios?... no precisamente. Más bien, yo lo llamaría retroalimentación.
Tomen en cuenta la ideología católica o protestante… ambas son iguales. Rechazan el amor a base de amor, quieren niños de bien inculcándoles el mal, ganar, pero perder. Es una paradoja existencial que no tiene fin en ningún momento.
Sin embargo, para ellos, Dios lo es todo, lo más grande, aquél al que deben entregarse…
Entonces, ¿qué con la desesperación por la devoción sin recompensa?... eso no existe en un religioso. Para ellos, todo sucede por algo; y, así como uno recibe mal al hacer el bien, puede recibir bien por hacer el bien… o bien por hacer el mal.
Personalmente jamás le encontré sentido a aquella contradicción, pero la he respetado, y cuando Dios respondió mis dudas… me convertí en la persona que más pero menos creyó. Me volví una contradicción también. Tan atea como cristiana…

Hace algún tiempo, encontré este mensaje en un pergamino oculto que hallé bajo tierra, en las zonas más recónditas del paseo de los filósofos, mientras navegaba por Kioto. Era un día nevado de enero, y me dio por salir a caminar un poco a reflexionar, después de la catástrofe de mis padres.
Me seguía preguntando, ¿por qué Dios? ¿por qué eres tan malo? ¿por qué juegas con nosotros?... mientras repetía numerosas veces en mi interior: “¡TE ODIO, DIOS!”, “¡TE ODIO, DIOS!”, “¡TE ODIO, DIOS!”

Al ver el pergamino, y analizarlo con intriga y detenimiento, opté por abrirlo y descubrir su mensaje… ¡era un poema!, pero no algo común… parecía escrito por una mano mágica, o una mano divina. La estructura y trazo de las letras estaban detalladas con perfección inocua, y la tinta parecía sacada de la oscuridad de la Luna, tan negra como la piel de un jaguar. Decidí recitarlo, y capté su mensaje:

“Equilibrio Térmico”


La temperatura en centígrados
Está en el meridiano cero
Y llega a los países más bajos
Caminando por el cenicero;
Con los ojos precisos de la maldad
Que vive en nuestros corazones,
Como la nieve en una montaña
Que proviene de las nubes.
Atrapado en la contingencia de mi locura
Buscando la respuesta de la realidad,
Pues Dios estaba consciente de la lujuria,  
Y de la presencia de mi inconformidad.
Decidí volver a tomar el camino,
Ese mismo que todos interceptan,
Cuestionando la existencia de el “BUENO”
Que ni las tempestades fabrican.

Pero escuché su palabra,
Finalmente lo hice;
¡Pero escuché su palabra!
Y esto es lo que él dice:

“Si existe una maldad,
Existe también un perdón.
A vuestros enemigos, odiad
Aunque vistan de faraón…

No lo hice por odiaros,
Ni tampoco es obra del ludibrio.
Lo mejor para el mundo, otorgaros,
Como el “Ying” y el “Yang” son un equilibrio.




Y ahora, si me preguntan que si creo en Dios… me limitaré a decir que no fui yo quien me regaló estos poderes tan… peculiares.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2016 ⏰

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De la Oscuridad de la Luna, a la Luz del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora